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No me gusta que me despiertes

Por Beatriz Martin Polo.- Resulta complicado sentir que se avanza de forma eficiente y que las herramientas aprendidas están llevando a buen puerto el trabajo realizado a nivel individual cuando hemos de poner de forma común nuestra vida con la de otra persona.

Dicen que hemos de trabajarnos de forma individual para poder aportar nuestra mejor versión a la pareja, ya… así de sencillo…

Tu te trabajas, te detienes a observar tus heridas, a buscar en todo medio posible respuestas a tus preguntas, te esfuerzas, mucho, muchísimo, y cuando tienes que poner en común lo aprendido con el que has decidido nombrar compañero de viaje, entonces descubres que se ha quedado atrás, y que dentro de sus prioridades no está la de trascender sus limitaciones, que no son otras que las inversamente opuestas a las tuyas, razón por al que estáis juntos y os habéis atraído el uno al otro…

No unimos al otro por la conexión que se genera entre nosotros, primero físicamente y poco después internamente. Parece una ironía pero lo que nos hace elegir a nuestra pareja de entre todos los demás, esa cualidad que le hace diferente y que nos encanta, eso precisamente, será lo que nos lleve meses después por el camino del conflicto, así es, pura ironía

Me compartían un café que su punto decisivo a la hora de elegir a su pareja fue lo reservado que era, su introspección, su independencia… pues bien, ya habían pasado algo más de dos años cuando haciendo recopilación emocional de los momentos y situaciones que habían generado conflicto en la pareja, se dio cuenta que era precisamente su “escapar de las situaciones incomodas” su forma evasiva de comportarse frente al compromiso lo que estaba lastrando todavía mas, si cabe, su autoestima y su ilusión por mantenerse con esa pareja.

Y es que un perfil de persona con apego ansioso, esconde bajo esta mascara un enorme miedo al abandono, miedo que por otro lado despierta casi siempre de la mano de un apego evasivo, máscara que esconde un gran miedo al rechazo.

Así, como si de un manual de acción se tratase, vamos dándonos de bruces frente a estas situaciones inconscientemente generadas para que puedan ser trascendidas y de esta forma vivir de forma mas libre y equilibrada.

Conocemos el origen de la herida, identificamos la mascara que nos ponemos para “protegernos” y tenemos la herramienta para poner solución al conflicto… empieza la fiesta

Amiga, si estas dotada de un crecimiento y apertura emocional lo suficientemente amplia como para entender que del mismo modo que identificas tus heridas y traumitas, eres capaz de hacerlo con tu compañero, entonces, entenderás que lo que él necesita es lo mismo que tu, comprensión y empatía.

  • Aggg… me hierve la sangre Bea, me aprieta el estomago cada vez que salta por los aires en medio de un conflicto el tema de las heridas, sobre todo porque llevo meses trabajando mi herida de abandono, mi miedo a no ser suficientemente buena para que me elija, mi necesidad de impresionarle a costa de anular mis necesidades y mi forma de entender la vida y las relaciones… Me neurotiza darme cuenta que no son mas que palabrerías sus frases de manual de crecimiento personal sobre la oportunidad que se le presenta cada vez que yo estallo en un conflicto con el… si realmente es una oportunidad de crecimiento, entonces porque no se mueve? De verdad cree que quedando quieto portando la bandera del inmovilismo se van a sanar sus heridas? De verdad cree que los cambios vienen solos? No soporto su forma de esconderse, de mostrarse valiente frente a las limitaciones… me frustra…

Definitivamente nos llenamos la boca de improperios en tercera persona, de esta forma es mas fácil protegernos y no hacernos responsables de nuestra parte. Somos creadores de una realidad de la que solo queremos hablar en primera persona de vez en cuando…

Las relaciones de pareja se componen de dos personas, y cada una de ellas porta a su espalda un gran saco repleto de mierdecitas varias, a modo de experiencias, traumas, heridas, creencias limitantes y un sinfín de palabrejas varias de la misma familia de las ya nombradas, en resumen, vienen con un saco de condicionamientos importantes que, al unirse en comunión, por lo general, chocan. Nada sorprendente si tenemos en cuenta que venimos de familias, escuelas y entornos diferentes.

A esos dos sacos, hemos de unir lo que alberga el alma de cada uno, traído también de lo vivido anteriormente, y por ello también condicionado, de manera que tenemos la cualidad de amar, respetar, ser alegres, tener sueños… mas o menos desarrollada, para, de nuevo, poner en común con el otro.

Y ahí tenemos a fuego lento una olla con el saco de condicionamientos de cada uno y el contenido del alma por otro, chup chup… dependiendo de lo trabajados que estén de forma individual los dos componentes de la pareja, empezara a cocer y a sufrir sus primeras erupciones antes o después. Ahora, cierra la olla y ponla a fuego medio… bienvenido a la relación de pareja, dependerá de nuestra capacidad de subir o bajar el juego, de mantener mas o menos la presión interior que la relación se mantenga dando lugar a un producto resultado de la unión de dos o que salga disparada para impactar contra lo primero que encuentre

Por suerte nos unimos con personas que de una u otra forma están en el mismo grado de conciencia vital, no nos unimos a personas que consideramos que están en otro momento existencial al nuestro, porque sencillamente, no compartimos algo esencial. Y digo por suerte porque ya es difícil encajar con alguien, identificar si estamos eligiéndolo desde el miedo y la necesidad o desde el amor y el desapego… como para además atraernos energéticamente con alguien que todavía esta dibujando toros en la cueva o que ha trascendido todas sus limitaciones y es verdaderamente libre (algo que asusta casi tanto como el que esta en la cueva…)

Bien, retomemos, hemos de crecer de forma individual, y en la medida en que identificamos que nos esta molestando una u otra cosa de nuestra pareja, hemos de tener la capacidad de comprensión para sanar que ello es indicador de una carencia y de un trabajo a realizar con nosotros mismos.

Si me molesta que mi pareja no me escriba un mensaje por las mañanas o me llamen después del trabajo para contarme que tal le ha ido… entonces ¿he de preguntarme la forma en la que me estoy reclamando que me den unas atenciones que no me estoy dando yo misma, disfrazando esta acción con el vestido de la desatención por parte de mi pareja?.

Si me molesta que mi pareja duerma con una amiga en la misma cama, sin añadir al hecho acción ni connotación sexual, entonces tendré que preguntarme si me estoy sintiendo insegura y rechazada por él porque en el fondo soy yo la que no se respeta y se rechaza… he de valorar el grado de confianza que hay realmente en la relación para que este tipo de acciones totalmente integradas y normalizadas para uno, sena del mismo modo también para el otro, y por lo tanto, llegado a este punto, la pregunta sea clara – ¿ que creencias limitantes tengo con respecto al contacto físico no sexual con los demás? Estoy proyectando mi miedo en una acción que él realiza sin siquiera identificarlo como no correcto?

Si, la pareja despierta en las personas lo que las personas no son capaces de ver por si mismas, y si, para se conscientes de ello hemos de estar al menos, un poquito despiertos.

Conclusión del Ego

-No te rompas demasiado la cabeza, porque trascenderás algo tuyo y será tu pareja la que se haya quedado atascado en algo que definitivamente afecta a la relación…

Conclusión del Ser

-Míralo, es un ser herido como lo eres tu, entiende su miedo y entiende también que él tiene la llave para ayudarte a tí, y que tú tienes la llave para ayudarle a él, recuerda que tenéis miedo a lo mismo pero al revés.

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