Por Magnolia Fabre.- Aquella noche que nació Jesús, hace más de dos mil años, en la soledad del desierto, sobre el oscuro firmamento apreció una estrella brillante como ninguna otra jamás soñada, que guió el camino de 3 Reyes con su Magia, hacia Belén. Al encuentro ‘Del niño que vivió’. (No, no Harry Poter, el otro).
Esa misma estrella con su resplandor inconmensurable, emergerá en el cielo este 21 de diciembre después de 800 impacientes años de espera. La última vez que se le vio plantada así, con su grandilocuencia en las alturas, el tóxico plástico y sus derivados, no contaminaban los mares y la única red que usaban las personas era la red de pescar. Allá por el 1200 Ac.
Pero La llamada estrella de Navidad, o de Belén -Tú elige- no es una estrella realmente, siento decepcionarte. Brilla como un astro con tanta pasión porque es la conjunción de dos gigantes gaseosos en el espacio. La alineación cuasi perfecta entre Júpiter y Saturno. Un acercamiento tan milimétrico, tan alucinado, que podría medir la separación entre ellos con apenas el grosor de esta moneda de la suerte que guardo conmigo desde hace años.
Mira que bonito. Justo iniciando la famosa ‘Era de Acuario’ ¿Coincidencia? -I don’t think so- muchos astrónomos aseguran con su vida, que la entrada de esta nueva era Zodiacal ocurrirá en diciembre del 2020. Otros, más aguafiestas ellos, la patean para dentro de 300 años todavía. Yo creo en los primeros. Como toda una romántica astral.
Pero Acuario llegará indefectiblemente, ya sea en unos días o en cientos de años, así como supieron llegar los Reyes Magos: trayendo sus propios regalos. Olvida la mirra y el incienso corazón, pon a un ladito todo eso que Acuario trae buen pan bajo el brazo:
Paz, armonía, comprensión y confianza.
Sin duda alguna, los terribles samacónes que hemos sufrido este año y que todavía no nos dan tregua segura, aparentan dar el anuncio de un GRAN cambio de ciclo. O mejor aún, la llegada de un GRAN cambio de conciencia. Estamos ascendiendo energéticamente a una dimensión superior. Pónganse de acuerdo si es la cuarta o quinta no lo sé, pero será una dimensión mas ligerita y amorosa. Tienes mi palabra.
Bienvenida de vuelta pues, hermosa ‘Estrella de Belén’ y bienaventurada seas, preciosa ‘Era de Acuario’.
De aquí en adelante parece que solamente nos queda RENACER.