Nuestras raíces

Por Isabel María Campillos Pérez.- Somos comos los árboles, cada uno tiene sus raíces.

Almas con cicatrices, mentes bajo directrices.

A veces somos quién nos dicen, otras tan solo aprendices (de lo que somos).

Nos faltan narices, y no entendemos que sólo nosotros podemos hacernos felices.

Porque no siempre vas a poder comer perdices, si no haces lo que dices.

Casi siempre escuchamos lo que nos sugieren, sin pensar en lo que nuestro corazón prefiere.

Ignorando posiblemente a quién más te ama, la voz de tu alma.

Esa voz que prende tu llama, la que te mantiene en calma.

Esa melodía que sólo tú puedes escuchar, día tras día.

La sintonía que transmite toda sabiduría, de la cual te fías, aun sin garantías.

No la olvides ni la descuides, porque sólo ella va a llevarte donde le pides.

Es fácil de entender, relaja tus pies.

Camina lento, es siempre un acierto.

Confía en tu aliento, el te mantendrá despierto y atento.

Agarra tu cetro de poder y empodérate.

Enamora-TE (de lo que haces).

Ama-TE (tal como eres).

Honra tus raíces y besa tus cicatrices, ¡Vendrán tiempos felices!

Son la base de la gran pirámide, la que forma tu persona.

Y no olvides tu meta más importante: encontrar tu armonía cuanto antes.

Te reto a ser diferente: Atrévete a acallar tu mente.

No seas llevado por la corriente, actúa inteligente…

Se TÚ esencialmente.