En la Isla de Creta (Grecia) hay un olivo de más de 3.000 años que aún produce aceitunas.
Estas, que se usan con fines gastronómicos, medicinales y estéticos, han sido consumidas por milenios. De hecho y, tras estudiar detenidamente el ejemplar, queda claro que este olivo formó parte importante en la economía de la comunidad hace miles de años.
Lo curioso de este árbol, considerado uno de los más antiguos del mundo y llamado olivo de Vouves, es que, por su edad, fue testigo del nacimiento y desarrollo de nuestra cultura desde la gran Grecia; literatura, filosofía, democracia, inicio de las ciencias, guerras, extensión del Imperio Romano…
Tanto es así, que la isla ha puesto este y otros 14 antiguos olivos en protección, considerándolos como monumentos vivientes y herencia cultural.
El gobierno griego ha decidido promover estos árboles como atracciones turísticas, fomentando así el turismo ecológico. Se pretende educar a la población sobre el valor de la naturaleza; por todo lo que nos ofrece y por su papel fundamental en nuestra supervivencia.