La depresión y la tristeza, por desgracia, están demasiado arraigadas en la sociedad actual. El consumo excesivo de Internet y el estresante ritmo de vida que llevamos, sirven como excusa a muchas personas para relacionarse casi de forma exclusiva a través de una pantalla, convirtiéndose paulatinamente en seres apáticos y poco sociables.
Puede que el cambio sea lento, silencioso o incluso imperceptible en un principio, pero a la larga se manifiesta de formas inesperadas como con repentinos cambios de humor o falta de comunicación.
Existen casos en los que igual no podemos evitar padecer depresión, puesto que nos viene predispuesto genéticamente, pero el tener una mente positiva es esencial para evitar cualquier tipo de padecimiento ligado a la falta de autoestima o alegría en nuestra vida.
El no obsesionarnos con ello es primordial. El dicho “ojos que no ven, corazón que no siente” en este caso es aplicable. Aunque tengamos malos momentos o experimentemos situaciones duras, si no lo asociamos a una situación extrema como la depresión, nuestra reacción primaria será buscar soluciones e intentar avanzar.
Esto también nos ayudará a crearnos una personalidad constante, sin tantos altibajos y sin necesidad de pararnos a lamentarnos cada vez que nos ocurra algo inesperado. Pase lo que pase, el positivismo ganará la batalla.
Asimismo, la seguridad aflorará casi sin darnos cuenta, diciendo adiós a las inseguridades y los malos pensamientos.
¿Quieres llegar a este estado? No hables en negativo. Intenta buscar siempre el lado bueno de las cosas. Aunque es inevitable valorar los pros y los contras de algo, piensa que las cosas saldrán bien, y verás como la balanza empieza a decantarse por la opción que querías.
No te encierres en tu mente. Es complicado abrirte a cosas que son desconocidas o en las que nunca has creído, pero la felicidad depende muchas veces de esas experiencias que hasta ahora no tenías en cuenta, y que de repente se convierten en pilares de nuestras vidas.
No hagas nada sin ganas. Estamos aquí para disfrutar al máximo. Por muy tediosa que sea la tarea que tengas que hacer, hazla con ganas y energía, verás como poco a poco las obligaciones te parecerán menores y afrontarás tus retos con mucha más predisposición. ¡Vive sin miedo!.