Por Laura Dissa.- En el trabajo se pueden presentar situaciones que logran sacudirnos a todo nivel, ejemplo cuando nos bypass (ignoran el esfuerzo laboral ejecutado por varios días para ser expuesto por otra persona en el trabajo) dejando por lado un trabajo organizado por varios días y muchas horas de esfuerzo mental, físico y emocional, se siente impotencia, rabia y mucho enojo.
Eso me paso a mí… pese a esto ese mismo día tuve la oportunidad de ir a una conferencia de nombre que necesita el “ordinario para ser extraordinario” el expositor toco varios temas entre ellos lo siguiente, cuida tu entorno, cuida tus pensamiento, resultados positivos trae consigo mismo pensamientos positivo, acciones positivas; hablo de cuatro llaves maestra, el ser humano es vulnerable, agradecer es fundamental, no compararse es una estrategia de vida, pensamientos positivos son las clave para traer acciones positivas, pese a que el expositor toco temas muy trascendentales que me tocaron, el sentimiento de enojo y tristeza continuaba presente ( efectivamente el ser humano es vulnerable).
Pese a que estaba enojada, durante todo el día había optado por no cimentar semilla de rabia en las personas que estaban a mi alrededor, en especial en mi esposo, pero cuando llegue a la casa le conté su reacción fue tal como me la imaginada, fue acorde con su nivel de conciencia, exploto de rabia, se enojó y empezó a juzgar, todo lo contrario a lo que yo quería, yo le insistía que no era necesario juzgar, pero de manera inconsciente seguía en mí el dolor, es decir hablaba que no quería juzgar, pero por dentro estaba esa vocecita y ese sin sabor que me impedía la coherencia de mis actos y de manera reiterativa vino a mi mente un cuestionamiento ¿A que le estoy dedicando mi tiempo y mis emociones?.
Este tipo de pregunta surgió porque de manera consciente cuestiono mucho el tiempo del trabajo y el tiempo para dedicarme a una fundación que se constituyó con una misión y propósito claro y especifico, propósito que me ha permitido encontrar un respiro de fe y amor que jamás pensé vivir en esta vida, los lapsos de amor mas desinteresados lo he podido experimentar con el desarrollo de la fundación, literalmente este proyecto de vida fue redactado desde un ser superior a mi capacidad de analisis y de entendimiento, donde cada aspecto del mismo fueron dictado con lujo de detalle, yo solamente transcribía la información, manifiesto los mensajes espirituales llegan a una velocidad tan grande que en ocasiones me dolían las manos en transcribirlo a la velocidad que era recibido.
Siguiendo con la situación anterior, quiero relacionar que antes de acostarme trate de meditar, pero no me fue posible parar la mente, me sumergía en un mundo de rabia y dolor, pese a esto en mi interior sabía que podía invocar o llamar a mi sol dorado y a la luz más hermosa que yo la llamo espíritu santo y como sé que las respuestas vienen efectivamente recibí esta respuesta de mi ser más elevado (lo amo cada día más):
“Los seres humanos requieren reciclarse todos los días, es necesario separar de su ser que no le aporta nada para su crecimiento, cultivar lo que sirve y dejar a un lado lo que resta amor, el amor es la fuerza más grande que existe”.
En el mismo dialogo yo manifestaba que yo no quería que me corazón estuviera pálido en el momento de encontrarme con el ser superior u ahuecado con cosas que lo lastime y frente a esto me refirió, para cultivar el corazón sano se requiere de amor incondicional para todo incluido para ti mismo, cuando tengas una situación particular, determina cuanto tiempo quiere que ese sentimiento este en ti y trata de que cada día el tiempo que le dedicas a una situación triste sea menor, el tiempo que le dedicas al enojo es un tiempo que te separará de mí y de ti mismo, es un tiempo que desaprovechas para amarte a ti mismo, cada situación de enojo es un hueco que le haces a tu corazón el cual le manda terminales nerviosas a todo el cuerpo, aparecen las enfermedades y te aleja del amor incondicional.
Luego de recibir estas dosis de amor que hoy se constituye en herramientas de vida, me levante edificada, amando a todo, queriéndome comer el mundo, me gusto la palabra reciclar y la emplearé en las conferencias de la fundación.
Mi gran conclusión es “Tenemos derecho de estar triste, así como tenemos derecho de ser feliz, es una decisión que depende de nosotros, pero mientras logramos ese estado de conciencia, que las tristezas no ahuequen tanto a nuestros corazones, hasta el punto de taponarlos, que lixivie de nosotros agua, vida de amor y que ayude a cimentar rosas de esperanza donde estemos, las rosas pueden estar pálidas de tanto llorar, de vosotros depende colocarle el color y de que vuelvan a nacer y florecer”.