
Se nos dice que el polvo del camino ha enterrado nuestro saber.
Fugazmente, este saber nos llega en distintas formas, como en un sueño: una intuición, un acto, una mirada, un vago eco.
El despertar en el que se encuentra la humanidad es rescatar ese saber que está dentro, pero en clave colectiva, no individual.
La llave, tantas veces nos decimos, está en nuestro interior.
Las enseñanzas milenarias hablan de dejar pasar la luz.
Esa luz, que está dentro, derribará todos los muros, uno tras otro.
Y entonces nos encontraremos en la luminosa presencia del alma.
Pero es preciso que queramos ese encuentro. Que lo busquemos.
Que retiremos el polvo para poder reconocer el eco.
Que retiremos el polvo para poder reconocer el eco.
«A veces, las palabras de un sabio despiertan en vosotros un eco tal que pensáis: «Pero yo ya conozco todo eso… lo sé… Ya lo había aprendido en alguna parte…