
El pensamiento de hoy nos llama a aumentar la intensidad de las vibraciones del alma.
Nos sugiere practicar el silencio para elevarnos a las regiones elevadas.
En esas regiones somos capaces de estar en comunión con otras energías.
Allí podemos tomar la fuerza necesaria para vivir en la tierra desde otra consciencia.
El mundo nos llama a estar en el mundo, pero podemos hacerlo desde esa otra consciencia.
Existe un espacio entre nosotros y el mundo divino que podemos acortar.
El mundo sutil nos alimentará entonces de continuo, con todas sus bendiciones, pero tenemos que tender la mano y el ánimo a ese mundo.
El día nos ofrece múltiples ocasiones para parar y buscar el silencio, para conectaros con el alma, cerrando los ojos, sin pedir nada, simplemente estando, buscando esa comunión en actitud de “hágase en mi según tu palabra”.
Las regiones elevadas siempre nos esperan para darnos sus bendiciones.
Un encuentro maravilloso nos aguarda cada vez.
«A pesar de su empeño en buscar la felicidad, los humanos no la encuentran.