
Hoy nos llegan palabras de aliento que se refieren al Camino Iluminado.
Los pies están cansados, pero el horizonte se nos descubre esplendoroso, y uno de los caminos enfrente es un Sendero de Luz.
Podemos seguir largo tiempo por el camino oscuro, lleno de decepciones y lamentos. Es fabricación nuestra.
Thich Nhat Hahn nos dijo en mayo que podemos caminar como el Buda. Y como Jesús.
El alto ideal puede sostenerse con nuestros pensamientos y con nuestros actos.
Una gloria nos espera aquí en la tierra, a pesar de todo.
Que el camino tenga flores o espinas es decisión nuestra, más individual que colectiva.
Pero la suma de muchas consciencias construye una consciencia grupal.
Hay un Sendero que nos llama.
«Ante mi se abre el Sendero d ela Luz. Veo el Camino. Detrás mío queda la senda de la montaña sembrada de pedruscos y peñascos. A mi alrededor crecen la sespinas. Mis pies están cansados. Pero ante mí se extiende recto el Camino Iluminado, y voy por ese Camino”.
“Sirviendo a la humanidad”, Alice A. Bailey, página 248 de la edición en español de Editorial Nous. Imagen: niños en el colegio en Quang Tri, Vietnam, 1 octubre 2014 (Jorge Tamames)