Volvemos hoy sobre la armonía que puede presidir nuestra vida.
Ayer se nos habló de caminar con consciencia, de alimentarnos con consciencia, de respirar con consciencia.
De buscar el alma del otro cuando le hablamos, más allá de simplemente hablarle.
De poder vivir en equilibrio dentro del caos aparente.
Cuando esa armonía se produce, emitimos paz, que es nuestra verdadera esencia.