Por Alejandro Torres Retamal.- Buscar el SER por unos minutos al día, puede ser imprescindible para poder parar esa máquina interna y externa que se mueve sola y devora gran parte de nuestras vidas.
Hemos pasando a ser una especie de hibrido mitad automático/mecánico pero sin tornillos, y la otra mitad Ego pero sin uno mismo.
Cierto es que por diferentes motivos hemos estado realizando algo, y ese algo no tiene ninguna emoción, menos una emoción que pueda recordar tu niñ@ interior, ese/a pequeño/a que corría y tenía sueños para bien, no sólo para si mismo, si no para otros. Esto es una señal de que algo anda mal, ¡¡¡Te perdiste!!!. No es tu SER el que vive ese momento, sino tu ser construido por necesidades inventadas y autoimpuestas que aceptaste como tu verdad. ¿Y tú verdad dónde quedó?
Siento que querer ser mejor cada día es casi una necesidad inherente del SER humano, pero no ser mejor que otro, por sobre otros, sino, ser mejor que tú mismo cada día, sin competir con nadie, solo SOY desde el SER, no desde el ser que hace con otras variables anexas, que más que SER pasa a ser esas variables anexas.
El SER con mayúscula, de una u otra manera siempre te está recordando que nuestro paso por esta experiencia es corta y no vinimos aquí para vanagloriar nuestro propio nombre, ni hacer feligreses ni discípulos, ni que la historia nos recuerde ¿Para qué?. Vinimos hacer nuestra misión con un inicio y un final escrito por manos que desconocemos.
Ahora, si no crees en eso de las manos que desconocemos y que tomarán el volante de tu vida en el futuro o lo hicieron en el pasado. Si no crees que tienes trazado el destino, no hay problema, cada quien con su creencia. Lo que sí, con este artículo te invito a que si te encuentras en una edad adulta o adultez joven y miras un poco hacía atrás, como en una especie de espejo, y logras ver al niño que fuiste, pregúntale a ese niño si soñó convertirse en el SER humano que es ahora. Puede que la respuesta te sorprenda. Quiero pensar en que el adulto que eres, fue el niñ@ que te soñó hace unas décadas.
Con tanta letra me acordé de una pequeña frase que se le atribuye a Diógenes ¨cada vez que paso por el mercado, río porque me causa mucha gracia y a la vez me hace muy feliz ver cuantas cosas hay en el mercado que no necesito¨.
A veces lo único que necesitamos para volver al SER, reencontrarnos con el niñ@ que fuimos, es cerrar los ojos por unos minutos al día, respirar profundo, sentir el cuerpo, las sensaciones que hay en el, contemplar la mente y escuchar el corazón.
En esta ocasión te diré, medita por unos minutos al día, siente tu SER y vuelve al niño que soñó un mundo mejor.
Disfruta de ti 😉