La vida del ser humano ha evolucionado tanto a lo largo de los siglos, que ya no concebimos un mundo sin energía. Esto ha supuesto un gran reto para la humanidad, que ha ido reinventándose a lo largo del tiempo y buscando nuevas formas de conseguirla de la manera más eficiente y menos contaminante posible.
La Agencia Espacial Europea pretende llegar al culmen de las energías renovables convirtiendo al sol, una vez más, en nuestro mejor aliado: se aprobará un estudio de tres años para determinar si enviar grandes granjas solares al espacio, que puedan satisfacer las demandas energéticas del mundo.
La idea es situar esta central eléctrica espacial en una órbita fija sobre La Tierra, de forma que fuera “golpeada” por el Sol las veinticuatro horas del día.
Y es que, según la Agencia Espacial Europea, trabajar con paneles solares fuera de la atmósfera tiene muchas ventajas:
– La luz solar se puede recolectar continuamente, independientemente del clima y el tiempo.
– La luz recibida fuera de la atmósfera es más potente e intensa que la que llega a la superficie terrestre.
– Se reduciría drásticamente la utilización de energías no renovables en el planeta (cada vez más escasas).