Por Yesenia Yunuel Garcia Langarica.- ¿Alguna vez te has encontrado en el punto de tu vida en el que ya no estas satisfecha? ¿No te gusta cómo te ves? ¿Ningún cambio en el peinado, la ropa o las dietas te hacen sentir bien o suficiente? ¿Por más que lo intentas luces apagada, agotada, y no te sientes feliz?
Hace poco más de un año, yo era una mujer de 27 años sin ganas, ni ánimo, adicta al trabajo, lloraba sin saber porqué, y todos los días parecían insoportables. Inicié un proceso de terapia alternativa, al principio solo me sentaba frente a mi terapeuta a llorar, a quejarme de la vida, me dolían muchos procesos que no había cerrado y que prefería no mirar.
A un año de distancia y después de haber trabajado en terapia y aplicar las herramientas en el día a día que me brindaron, soy una mujer feliz, agradecida con la vida por lo que tengo hoy. Claro que esto implica un esfuerzo diario, claro que lo refuerzo y lo trabajo en cada instante.
Hay muchas técnicas, herramientas, actos de psicomagia y terapias, que estoy segura me han ayudado, y agradezco su presencia y sus enseñanzas en mi proceso de sanación. Pero quiero compartirles algo que conscientemente me ha ayudado mucho y, creo que si estás en un momento de desconexión con quien eres y te sientes perdida, es un buen inicio. Se trata de voltear a ver las creencias que tienes de ti misma, observar hacia dónde van tus pensamientos, ¿Qué piensas sobre ti? ¿Te gusta cómo eres? ¿Te dices cosas lindas? ¿Cuánto tiempo te dedicas a ti misma? ¿Qué dice tu postura? ¿Me amo a mí misma? ¿Me gusta cómo me veo?
Yo comencé a trabajar mis creencias limitantes con Ana Carmen Navarro, mi sorpresa al tratar de identificar mis creencias es que no podía hacerlo, sentía que estaba vacía y pensé que eso era porque estaba saludable en mi sistema de creencias. Al principio permanecí incrédula, pero me dije -si estás aquí es porque tienes que trabajar algo-, y como resultado de la persistencia creo que mis creencias se fueron descongelando y comencé a ubicarlas.
Es un proceso doloroso –aún estoy en él- y cansado, pero las recompensas de trabajar con la auto observación son sumamente amorosas. Te quiero compartir algunos de los pensamientos que constituían mi sistema de creencias y consecuentemente aquella realidad.
- Identifiqué que no podía verme al espejo. Por alguna razón no volteaba a verme en él, y si mi miraba fijamente durante tres segundos comenzaba a llorar.
- Me decía cosas como -estás gorda-, -te ves cansada-, -las mujeres inteligentes no tienen pareja-.
- Me repetía constantemente -No mereces estar con nadie-, pero no solo me refería a una pareja, también pensaba que no merecía amigos, familia, compañía en general.
- A pesar de que soy una persona muy capaz, en ese momento en aquel trabajo jamás podía reconocer mis logros, nada era suficiente. Terminaba un proyecto y dos minutos después estaba buscando mis errores para no sentirme complacida con el trabajo realizado.
- Creía firmemente que no merecía dinero por aquel trabajo, cabe mencionar que estaba allí de tiempo completo, fines de semana y temporadas vacacionales. Me pensaba como una esclava que jamás alcanzaría su libertad, porque no ganaba lo suficiente y no tenía tiempo suficiente ni siquiera para pensar en una estrategia de escape.
Esos son algunos ejemplos de cómo me concebía, agradezco esas creencias porque me permitieron sobrevivir, pero ahora ya no las necesito, les di las gracias y me despedí de ellas. Sé que no es fácil admitir lo que estoy diciendo, y si tú te sientes así en este momento, seguro es doloroso siquiera sentirte identificada.
Después de ver de frente estas creencias, me pregunté ¿Ahora qué hago? ¿En qué creo? Y me sentí perdida por un momento. Pero gracias a mis terapeutas y a mucha gente experimentada en este camino de la sanación, encontré una respuesta: ámate a ti misma, y acto seguido me pregunté ¿Cómo carajo hago eso? ¿Cómo sustituyo mi sistema de creencias por otro funcional si no pensar en positivo, si no sé cómo querer cosas buenas para mí?
Debo decir que el universo es maravilloso y amoroso, las respuestas fueron llegando solas, siguen haciéndolo y comienzo a amarme cada día más. Esto es lo que a mí me ha funcionado, y que me han ayudado a derribar creencias limitantes, mi inspiración ha venido de muchos lados y debo admitir que soy principiante, pero por algún lugar se empieza.
- Todos los días al despertar agradezco.
- Me estiro y me digo a mí misma ¿estás lista? ¿cómo te sientes hoy? Y trato de escuchar la respuesta, a veces me siento maravillosa, otras cansada, otras quiero seguir durmiendo, pero sostengo un diálogo conmigo para animarme a llevar un buen día.
- Me miro al espejo y me digo “te amo” “eres maravillosa” “eres el amor de mi vida”, sé que es difícil creérsela al comienzo pero la persistencia te llevará a sentir un cambio y a llenarte amor.
- Busco inspiración, en mi vida hay mucha inspiración para seguir sanándome, el centro de terapia al que asisto es mi principal fuente de información y motivación. Allí conozco gente que vive procesos similares al mío y me llena de mucha paciencia.
- Observo y cuido todo lo que llevo a mi cuerpo. Inicié un régimen alimenticio, éste me obliga a escuchar a mi cuerpo, a detectar que alimentos me hacen sentir bien, o cuales me hacen sentir pesada; me hidrato y me dedico tiempo a mí misma.
Algo muy importante, observo mis pensamientos, vigilo que no me lleven a panoramas negativos y cuando no sé qué pensar solo repito en mi cabeza: gracias, gracias, gracias. En este sentido el ho´oponopono también me ha ayudado a disminuir el caos en mi cabeza.
Creo que lo más importante es darte chance, si no estás a gusto en tu vida en este momento, entonces date chance de hacer algo diferente, de pensar y funcionar de una forma distinta. Agradezco infinitamente poder compartir esto y la compañía de mis adorados terapeutas, amigos, pareja y familia en mi proceso de sanación.
Yesenia Yunuel Garcia Langarica