
Por María Adela Fernández Zamora.- ¿En cuántas ocasiones has querido iniciar un cambio en tu vida y no has sabido por dónde empezar?, ¿en cuántas de esas ocasiones has desistido antes de alcanzar tu objetivo? y, ¿en cuántas de ellas ni tan siquiera has conseguido empezar?. Aunque no lo creas, esto es algo más común de lo que piensas. Pero, si realmente queremos hacer un cambio, ¿por qué cuesta tanto?
Descubre conmigo las claves a tener en cuenta antes de comenzar cualquier transformación ya sea en el ámbito profesional, social o personal.
Conecta con algún momento de tu vida en el que hayas querido realizar algún cambio, por pequeño que te pueda parecer, y te hayas quedado sin alcanzarlo. ¿Lo tienes? Perfecto. Ahora responde: ¿podrías decir de forma clara y concisa cuál era ese cambio que querías conseguir?
La mayoría de las veces la razón por la que el cambio no se da es porque desconocemos lo que queremos. Decidimos comenzar un camino de transformación basándonos en deseos, en corrientes que nos arrastran, en deberías o condicionantes pero nos olvidamos de concretar y acordar con nosotros mismos lo que realmente queremos. Esta concreción ha de ser clara, limpia, libre de juicios, libre de condicionantes, un hecho que al manifestarlo en voz alta te haga vibrar. Si conectas con tu corazón y manifiestas lo que realmente quieres, sentirás como algo dentro de ti se mueve. Y entonces sí, una vez que lo tengas, estás preparado para el siguiente paso.
Imagina por otro lado, que ya has hecho esa concreción y tienes muy claro hacia dónde quieres ir. Sin embargo, cuando estableces tu plan de acción comienzas a sentir que te cuesta avanzar hacia ese objetivo. ¿Qué pasa entonces? Recuerda que cada uno de nosotros trae consigo una historia emocional, desde la infancia e incluso desde antes de nacer. Todos estos acontecimientos dejan una huella emocional en nosotros y en ocasiones de forma consciente y en otras, de forma inconsciente, se activan cuando algo sale de su zona de confort. Los miedos, las inseguridades, las lealtades, el deseo de aceptación y reconocimiento son algunos de ellos. Todos estos elementos aparecen en nuestro camino y, aunque cueste conectar con el regalo de su existencia, simplemente nos ayudan a tomar consciencia de lo verdaderamente comprometidos que estamos con nuestro objetivo. Así que cuando se te active alguno de estos elementos, pregúntate: ¿qué tiene que mostrarme esta emoción?, ¿realmente quiero esto que estoy haciendo? Dando respuesta sincera a estas preguntas podrás reenfocar y redefinir tu camino.
Así pues, querido lector, todo comienza y acaba en el mismo punto: TÚ. ¿QUÉ QUIERES EN ESTE MOMENTO? Dedícate el tiempo que necesites; medita, reflexiona, escribe y comparte, haz aquello que te haga falta para conectar con la esencia de tu objetivo hasta que lo tengas claro. Solo cuando logres definir de forma clara y concreta lo que realmente quieres, podrás comenzar andar hacia tu objetivo.