Por Ramiro Calle.- Empecemos por decir qué no es el hatha-yoga:
– No es gimnasia.
– No es deporte.
– No es contorsionismo.
– No es un culto al cuerpo.
– No apoya la estampa del campeón.
– No es competición ni siquiera con uno mismo.
– No es exhibición.
– No es religión.
– No es dogmático.
– No es teoría.
– No es creencia.
– No es adoctrinamiento sectarista.
– No es entrenamiento corporal desatendiendo la mente e ignorando el espíritu del yoga, basado en una ética genuina, el domino de la mente y el cultivo y desarrollo de la Sabiduría.
¿Qué es el auténtico hatha-yoga?
– Un método específico y práctico de control psicosomático y mejoramiento humano.
– Una práctica nacida de la experimentación personal, donde todas sus técnicas han sido verificadas a lo larggo de siglos, demostrando su solvencia.
– Un procedimiento para coordinar armónicmente el cuerpo y la mente.
– El trabajo consciente sobre el cuerpo para aprender a unificar la mente y despertar la consciencia.
– Un adiestramiento para trabajar sobre tres niveles: el somático, el energético y el mental.
– Una modalidad de yoga para instrumentalizar el cuerpo en la conquista del espíritu.
– La conscienciación del cuerpo para ir más allá del cuerpo.
– Una forma de meditación a través de la corporeidad.
– Una vía para llegar al radja-yoga.
– Un yoga completo en sí mismo cuando se utilizan todas sus técnicas (asanas, pranayama, savasana, mudras, bandhas y kriyas), apoyado en la disciplina ética y el cultivo del entendimiento claro.
Sin disciplina ética, disciplina mental y disciplina para el despliegue de la Sabiduría, el yoga pierde mucho de su alcance. Hay que desconfiar de los pseudoyogas, neoyogas o yogas desnaturalizados y poner a prueba al mentor.Cuidar el cuerpo no quiere decir obsesionarse por el mismo y mucho menos querer apabullar a los otros convirtiéndose uno en un simple y burdo contorsionista. La arrogancia y el narcisimo no casan con el verdadero yoga.
HATHA-YOGA: el trabajo consciente sobre el cuerpo, la mente y la energía.
A todas luces y visto su comportamiento, los primeros grandes traidores del verdadero espíritu del hatha-yoga fueron los mentores indios que viajaron a Estados Unidos y comenzaron a comercializar esta modalidad de yoga mercantilizándola, falseándola, robándole su espíritu y sustancia, y convirtiéndola en una especie de exótica gimnasia traída de la India y que era desposeída de su carácter espiritual. Se convirtió el hatha-yoga en un yoga híbrido y superficial, donde cabía inexcusablemente el narcisista culto al cuerpo, la competición e incluso los campeonatos a ver quíen era mejor contorsionista. Hasta tal punto el hatha-yoga se ha ido adulterando y desdibujando, que muchas personas, cofundidas, ya no sabe qué es yoga y qué no es yoga. O sea que hoy en día no es infrecuente llamarle yoga a lo que no lo es o hacer pasar por hatha-yoga a un degradado yoga-fitness que en absoluto se ocupa del desarrollo de la consciencia, sino que se centra en tener un cuerpo llamativamente flexible o, como en el caso del yoga practicado a altas temperaturas, en que sude cuanto más mejor y adelgace, sin reparar en los graves desordenes que ello puede acarrear.
El hatha-yoga es un solvente método de control psicosomático, mediante el cual se trabaja conscientemente sobre el cuerpo pra involucrar lamente y estimular la evolución de la consciencia. Cuando las técnicas se efectúan con la actitud adecuada, nos permiten ir entrenando metodicamente la atención y trabajan en tres niveles: el somático, el energético y el mental. Se convierte en una meditación a través del cuerpo, que se usa como escalera para llegar a la mente.
El verdadero hatha-yoga incluye entre sus técnicas:
– Asanas o posturas corporales.
– Ejercicios de control respiratorio o pranayama.
– Savasana o relajación consciente y profunda.
– Ejercicios de control neuromuscular y aprovechamiento de la energía, que se llaman mudras y bandhas.
– Shatkarmas o procedimientos de higiene física.
El auténtico hatha-yoga influye positivamente sobre el cuerpo, los centros energéticos, los puntos vitales, el sistema nervioso, la mente y el carácter. Se utilizan las funciones corporales como herramienta para alertar la consciencia, interiorizarse y vivir trascendentemente la corporeidad. Nada tiene que ver el genuino hatha-yoga con todos esos «yogas» ginmásticos, atléticos o acrobáticos que se ponen de espaldas al verdadero espíritu yóguico y lo adulteran y banalizan.