Afortunadamente, Gran Bretaña ha puesto punto y final a la comercialización de aletas de tiburón, así como cualquier producto derivado de este animal. “De las más de 500 especies de tiburón existentes, 143 están en peligro de extinción” recuerda el gobierno del Reino Unido; “Aunque la pesca de estos animales ya está prohibida en nuestro país, ahora se prohíbe también la importación y exportación. La medida pretende preservar sus vidas”.
Este tipo de iniciativas son alentadoras para abordar algo tan preocupante como la sobrepesca y, por lo que parece, el Reino Unido está aumentando su participación en temas de conservación animal y del medio ambiente.
Se espera que la nueva legislatura pueda servir de ejemplo para otros países vecinos.