Por Ignacio Asención.- No voy a montar el personaje de un militante que habla con una jerga política sofisticada y levanta la bandera del altruismo, la equidad, la justicia y la ética. Es agotador. Prefiero contarte que, como humano que soy, mi mente también proyecta felicidad en la abundancia material… y que tengo miedo de que con algún representante político quizás no pueda lograrlo.
Tampoco me voy a disfrazar de poeta para escribir versos llenos de metáforas indescifrables, mostrándome especial y a su vez ocultando todo lo que pienso y siento.
Menos aún me pondría el traje de científico. Uf, ¡qué carga! Tener que vender la seguridad de estudios avalados por un laboratorio que quién sabe qué interés puede llegar a tener. Quizás el descubrimiento fue genuino, quizás se publicó por los ingresos económicos que genera. Aun así, siendo honesto el hallazgo, no garantiza que lo que se descubra mañana refute todo lo anterior. Así que tampoco te puedo vender nada desde ahí. Solo te puedo confesar que a veces me da terror el misterio.
Menos que menos la jugaría de maestro espiritual, vistiéndome de blanco y escondiendo todas las emociones que mi mente etiqueta como negativas.
Prefiero mostrarme así, como lo que estoy siendo en este momento. Esto es lo más amoroso que puedo hacer por mí. Lo más amoroso que puedo hacer por vos. Porque estoy confiando, sin tener ninguna certeza de cómo puedas llegar a interpretarme. Y porque te estoy habilitando a que seas lo que sos ahora mismo.
Si me amo, te amo. Si te amo, me amo.
Pronto lo vamos a entender.
Ignacio Asención