Home » Artículos » ¿Puedes medir tu nivel de estrés subconsciente?

¿Puedes medir tu nivel de estrés subconsciente?

Por Jessica J. Lockhart.- La ansiedad se acumula cuando la preocupación y el miedo no se manejan de manera adecuada.

El estrés se refiere a la reacciones de nuestro cuerpo ante las preocupaciones o el miedo y que provocan una serie de sentimientos debido a los productos químicos liberados como respuesta por nuestro cerebro.

¿Sabías que el estrés se presenta en diferentes grados? ¿Que puede comenzar con algo tan simple como tus preocupaciones diarias? ¿Que se acumula en nosotros? ¿Que puede consumir en silencio nuestras capacidades subconscientes? ¿Que a pesar de todo ello, sí se puede manejar correctamente?

Aunque el estrés es un concepto bastante moderno, Hipócrates ya hablaba de la ansiedad en el siglo IV a.C. Se trata de un problema con el que la humanidad se lleva enfrentando desde el albor de los tiempo, a pesar de lo cual todavía parecemos saber muy poco sobre cómo manejarlo.

En mi campo de trabajo, la humanología, me encuentro con muchas personas que sufren de todo tipo de estrés, por lo que he llegado a algunas conclusiones que quisiera compartir contigo aquí hoy, además de ofrecerte algunas ideas y trucos con la esperanza de que te resulten de utilidad.

  1. La preocupación, el miedo, la ansiedad y el pánico son tan solo diferentes formas y grados de estrés: Cuando la vida de una persona incluye una de ellas cada día, es más que probable que acaben creciendo hasta el siguiente nivel en esa progresión piramidal.
  2. La preocupación también se puede convertir en una forma de estrés si escapa del control de la persona. Quienes no pueden dejar de preocuparse por las cosas acaban acumulando mucho cortisol, adrenalina y norepinefrina, que poco a poco se van liberando en su cuerpo cada vez que se preparan para “resolver” un problema pertrechándose mentalmente para hacerle frente. Con frecuencia se preparan  para “lo malo” que está por llegar. En este nivel de estrés encontramos o podemos identificar algunas tendencias:
    1. Pensar sin fin o “rumiar” es una forma de preocupación. Quienes no pueden dejar de pensar, aquellos cuyos pensamientos les gobiernan, tienden a centrarse en problemas y preocupaciones. No parecen capaces de desconectarse de la causa de sus cuitas y desvelos y por ello acaban produciendo un constante flujo de productos químicos relacionados con el estrés en su interior. Quienes sueñan despiertos también son “rumiadores”. La mayoría de ellos pasan muchas horas preocupándose y muy pocas o ninguna inmersos y disfrutando de imaginaciones divertidas o positivas.
    2. Una necesidad excesiva de mantener el control sobre el entorno es otra forma de preocupación. Quienes sienten la necesidad de tenerlo todo bajo control suelen encontrarse en un perpetuo estado de preocupación por su temor a perderlo.
  3. Cuando la preocupación pasa a plantearse preguntas del tipo «¿y si…?» se convierte en miedo. La preocupación por algo puede convertirse en miedo fácilmente. Todas las preguntas de “¿y si…?” implican algún tipo de temor. “¿Y si las cosas no funcionan como quiero?… ¿Y si eso otro ocurre?… ¿Y si esa persona falla?” indican que se teme que algo llegue a ocurrir o no en el futuro. La preocupación se concentra y el sentimiento se agudiza. El cuerpo de la persona segrega mayores cantidades de productos químicos.
  4. La preocupación y el miedo constantes provocan acumulación de estrés en nosotros. Estar en un constante estado de preocupación o miedo acumula un exceso de productos químicos en nuestro cuerpo. Si no se manejan o eliminan de forma adecuada podrían acabar creciendo hasta causar una ansiedad silenciosa.
  5. La preocupación, el miedo y la ansiedad pueden ocupar una enorme parte de nuestras capacidades subconscientes. Cuando una persona dedica varias horas al día a manejar de manera silenciosa o subconsciente la preocupación, el miedo o la ansiedad, su cerebro necesita esforzarse mucho más de lo normal.
    1. La persona no es consciente de ello. La parte consciente del cerebro de una persona manejará los síntomas conscientes del estrés siempre que sea consciente de ellos pero los subconscientes seguirán creciendo y multiplicándose utilizando para ello sus mecanismos y su capacidad subconsciente.
    2. La mente es como un iceberg cuya parte consciente solo representa su diminuta punta. Cuando una persona sufre de preocupación, miedo o ansiedad de forma crónica, podrá abordar los síntomas visibles y observables. Desafortunadamente, esa persona también estará trabajando de manera subconsciente en su estrés invisible, intentado manejarlo mientras este se acumula en su interior debido a la falta de mecanismos de liberación adecuados para los detonantes que lo provocan. Esta realidad es una de las causas fundamentales por las que la preocupación y el miedo alcanzan el nivel de ansiedad con el tiempo.
  6. Cuando la mente subconsciente no puede manejarlo, la mente consciente lo liberará. El subconsciente intenta mantener el control sobre el estrés, la preocupación y el miedo sobre todo conteniéndolos en su interior hasta que su misma acumulación es tan gigantesca que se desbordan y penetran en la mente consciente en forma de síntomas de ansiedad o pánico. Así, todos esos productos químicos acumulados acaban obligando a la persona a detenerse y hacer algo al respecto. En ese momento manejarlos resultará mucho más complicado. Podría tratarse de años de acumulación y mal manejo.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Aunque existen algunas respuestas obvias a esa pregunta, tal vez no haya tantas herramientas tan claras que se puedan aplicar. Permíteme que te ofrezca unas pocas.

  • Trabaja con un humanólogo. Esta es, obviamente, la mejor solución ☺️. Los humanólogos son expertos en seres humanos y pueden aumentar y profundizar tu conocimiento y tus herramientas en este terreno más allá del alcance de este artículo. Busca un humanólogo que te pueda ayudar a reconocer cuál es tu nivel de estrés, tus mecanismos detonantes y las herramientas personales que necesitarás para cambiar esa tendencia en ti. Mientras tanto, también puedes utilizar los siguientes trucos:
  • Deja de acumular. Sí, aunque suene obvio, la pregunta es entonces, ¿cómo lo hago? ¿Cómo puede alguien que piensa demasiado dejar de pensar? ¿Cómo puede alguien que se preocupa por todo dejar de hacerlo?
    • Mindfulness o atención plena. El miedo SIEMPRE está en el futuro. ¿Y si…? siempre se refiere a algo que aún no está ocurriendo. Por lo tanto, aprender a anclarte en el aquí y en el ahora resultará clave para ti. Aprende a volver desde el futuro hasta el presente. Cuantas más veces vuelvas al ahora, menos productos químicos negativos acumularás en tu sistema. Aprende a utilizar esta técnica para estar en el presente todo el tiempo que puedas.
    • Conéctate con el mundo exterior. Muchas personas que sufren de preocupación, miedo, ansiedad y pánico pasan muchas horas en su interior. Con frecuencia dedican mucho tiempo a estar dentro de sus mentes. Y a veces se les olvida conectarse con el mundo exterior y con su realidad. Cuanto más tiempo pasa una persona dentro de sí misma sin una clara conexión con el exterior, mayor es la probabilidad de que caiga en la trampa del estrés. MANTÉN LA CONEXIÓN CON LA REALIDAD EXTERIOR en todo momento. Sí, la introspección está muy bien… siempre que no te desconectes de la realidad. Sí, la meditación está muy bien… siempre que no te desconectes de la realidad. Sí, estar dentro de tu esfera personal está muy bien… siempre que no te desconectes de la realidad. Así que realiza el esfuerzo CONSCIENTE de mantener tu conexión con el mundo exterior, pase lo que pase. Sal a por aire de manera regular y no sueltes tu ancla de la realidad.
    • Cajas de tiempo. Dedica un tiempo fijo a preocuparte cada día. Concédete la oportunidad de preocuparte de verdad durante, digamos, una hora al día. ¡Y NI UN MINUTO MÁS! Una vez se termina esa hora, o ese plazo asignado a la preocupación, si la preocupación, el miedo o la ansiedad vuelven a llamar a tu puerta, diles que vuelvan mañana, cuando tendrás otra caja de tiempo para ellos.
  • Lucha contra lo negativo con lo positivo. Algunos productos químicos más positivos te pueden ayudar a reducir los niveles de cortisol, adrenalina y norepinefrina acumulados en tu cuerpo: la oxitocina, las endorfinas, la serotonina y las dopaminas son algunos de ellos. Descubre cómo producirlos con mayor frecuencia y en mayores cantidades por dos motivos:
    • Se enfrentan a los malos. Los productos químicos buenos te harán sentir mejor y te ayudarán a relajarte casi de inmediato. Esto significa que los buenos acabarán con algunos de los malos.
    • Cuando tu cuerpo libera lo bueno, no puede liberar lo malo. Así, si tu cuerpo está ocupado llenando tu sistema de oxitocina, no podrá estar produciendo otros productos negativos a la vez.
    • El resultado positivo es por lo tanto doble: habrá menos productos negativos dañinos en ti porque los buenos les estarán dando batalla y porque estarás produciendo menos de ellos al estar tan ocupado haciendo otra cosa.
  • ¡Suéltalos! Nada funcionará si sigues creando cada vez más productos negativos. Utiliza algunas herramientas que te permitan liberarte de parte del estrés que ya tienes en tu interior: ejercítate, ríete, aplica las ideas que hemos mencionado antes para contrarrestar y liberarte de los malvados causantes de tu estrés y toma el control de tu persona.

Todas estas ideas te ayudarán a manejar mejor tu estrés. No permitas que crezca hasta convertirse en algo inmanejable. Busca ayuda ahora en lugar de permitir que te domine y que te controle. Es algo que puedes conseguir.

Disfruta de la vida… de TODA ella,

Jessica J. Lockhart

www.jessicajlockhart.com

También te puede interesar

Cuestionando la campaña de vacunación española

En medio del clamor de la propaganda mediática, la próxima campaña de inoculación de la ...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *