Por José Antonio Cordero.- Arar con bueyes podría parecer un acto de dominio sobre una especie inferior. Quizá algunos maltratadores de animales demuestran su irracionalidad con sus malas-artes. Pero quienes han visto que el trato a estos animales es excelente, la opinión no puede ser otra que un digno trabajo en grupo donde los bueyes para nada son maltratados. De hecho es algo bonito de ver. La vara nunca golpea, solamente da un toque suave para dirigir a los bueyes. Los maltratadores vivirán en constante peligro cuando los animales son fuertes o se hacen fuertes.Para quienes dirigen una escuela, un negocio, una ciudad, comunidad o nación, la vara o bastón debe ser un símbolo de realeza y nunca un elemento de castigo. El castigador terminará castigado.
Las plantas conviene redirigirlas porque en la sabiduría del agricultor, sin romper la ‘voluntad’ o ley natural de la planta, está la habilidad de sacar mayor rendimiento y conseguirá que las otras plantas puedan coexistir, vivir y producir de la mejor forma. Este es el arte de cultivar. La floración necesita su espacio para desarrollarse sobre todo cuando se requiere producir para alimentar a muchos, la sabiduría de redirigir a las plantas es algo beneficioso para todos. Máxima productividad de una planta no se considera una explotación o un abuso, siempre y cuando no se le den impulsores químicos, nutrientes que produzcan daños y enfermedades.
Saber cultivar es un arte, quizá es una de las actividades más bellas y nobles que un hombre pueda llegar a tener. El arte de cultivar la tierra, es igual al arte de cultivar una familia, una empresa o una nación. El secreto de este arte consiste en no desvirtuar la ‘voluntad’ o ley natural que habita en cada uno. Saber redirigir, cuando es necesario, es beneficioso para todos porque los ‘espacios’ donde cada uno debe hacer florecer su creatividad creará un efecto muy superior. Las formas salvajes de crecimiento de una planta harán brotar muchas hojas que terminarán secas, porque faltará espacio para el crecimiento. Redirigir la voluntad individual no es un sometimiento personal, o una pérdida de identidad, es saber acoplarse a un colectivo para dar el máximo rendimiento y que todos podamos ver el sol cada mañana. Gobernar una tierra donde cientos de plantas desean dar entre todas miles de kilos, es un arte donde la visión es global y nunca parcial. Gobernar la tierra es gobernar la ley natural, el agricultor es un gobernador de la ley natural. El empresario habría de ser un gobernador de la ley natural, un jefe de gobierno debe dominar el arte de gobernar nuestros latifundios sociales, donde millones de ‘plantas’ individuales son corazones que palpitan buscando su felicidad, pero cada uno de una forma y con unas voluntades particulares. Cada planta requiere de sus cuidados especiales, la planta tiene un lenguaje interno que hay que conocerlo para saberlo gobernar. Saber cómo funciona su savia es un prerrequisito para saber gobernarla. Pero todo el que desee gobernar si no sabe gobernarse a sí mismo, pocos resultados ofrecerá. El lenguaje está vinculado a la cultura, el sonido del lenguaje se cultiva en la tierra del silencio. El entendimiento perfecto está más relacionado al sentimiento que a la riqueza oral. Dos personas que hablen mucho no es garantía de entendimiento. Un parlamento que hable mucho no es garante de entendimiento ni de unidad. Eso está más que demostrado. Se fracasa porque no se conoce el lenguaje ni la voluntad esencial, si no hay maestría en el gobierno de la ley natural, no habrá satisfacción en ninguna parte. Redirigir no es quitar la voluntad individual. La planta salvaje cree estar en su sano juicio y con todo el derecho de crecer a su antojo, cuando el espacio lo permite no hay problemas, pero cuando el espacio (ciudadano) requiere de alojo adecuado, si no se hace bien, sucederá como a la multitud de plantas salvajes que crecen tanto que muchas de sus ramas no verán nunca el sol y se secarán.
Cuando todos hemos nacido para ocupar un espacio en la vida, cuando todos hemos nacido para ser felices y no secarnos ante las ramas poderosas, se requiere de una redirección adecuada. Un jefe debe saber qué es lo que hace, como cualquier planta debe saber desde su inicio el lugar que debe ocupar en la vida. Saber conocerse y gobernarse así mismo es garante de éxito, salud y felicidad. Cuando las cosas se hacen desde el inicio todo es más fácil. Somos muchos, somos muchas ‘plantas’ con muchos años de antigüedad, y se ven muchos rasgos salvajes o poco cultivados, somos muy difíciles de cultivar, la falta de voluntad y autoconfianza retardan mucho el crecimiento, tanto como la grave carencia en liderazgos.
Un abrazo familiar
José Antonio Cordero
Director
AGRICULTURA VEDICA MAHARISHI
Nerja,
____________________ CITA CON LOS GRANDES ______________
“A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad.»
– Víctor Hugo
“El que no sienta ganas de ser más, llegará a no ser nada”
– Miguel de Unamuno
«Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto.»
– Leonardo da Vinci
“Es más fácil hacer leyes que gobernar”
-León Tolstoi
“Gobernar significa rectificar (redirigir)
– Confucio
“Cultivo una rosa blanca.
En julio como en enero para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para cruel que me arranca el corazón con que vivo cardo ni ortiga cultivo;
cultivo una rosa blanca.”
―José Martí