Por Isabel María Campillos Pérez.- Tendrás que reenfocar muchas veces hasta colocar tu vida donde quieres.
Caerás, te regocijarás en el miedo y levantarás de nuevo.
Te asustarás, darás marcha atrás y volverás a empezar.
Tambalearás, te entusiasmarás y comenzarás a remar.
Y que más da si la vida te echa impulso cuando eres capaz de aprovechar tu propio impulso?
Qué las caídas no son malas cuando te enseñan a ponerte alas.
Qué volar alto es fácil cuando te desprendes de lo que te hace daño.
La capacidad de subsistir está en ti cuando te vuelcas en ti.
Cuando aprendes que mirar hacia adelante es lo único que entiende tu aguante.
Cuando renace en ti el poder de superación con el que vencer a tu propio impostor.
Devuélvete a ti mismo el poder que un día regalaste.
Deshazte de todo lastre que te impide salir adelante.
Sal ahí fuera y transformate en la fiera que siempre fuiste.
Insiste, persiste y resiste.
Reenfoca, recoloca y redirige tu mente hacia la descoloca.
Impregnate de ti, siente tu latir.
Invitate a ti mismo a compartir tu existir.
Regalate presencia y consciencia.
Aromatizate de congruencia y camina con consecuencia.
Aprovecha tu brecha con inteligencia.