Por Ramiro Calle.- Somos seres básicamente respirantes. Lo primero que hicimos al nacer es inhalar y lo último que haremos en esta vida es espirar. Respiramos de quince a veinte veces por minuto y existe una estrecha conexión entre la mente y la respiración, hasta tal punto que en el yoga se dice que la mente es el jinete y la respiración es el caballo.
La respiración y los estados mentales y emocionales están intimamente vinculados y según estemos agitados o sosegados, la respiración es diferente en cuanto a su ritmo. A cada estado mental y emocional sigue un tipo de respiración y viceversa.
Partiendo de este evidente principio, los yoguis se han servido desde muy antaño de la respiración para concentrar la mente y tranquilizar los procesos emocionales y somáticos. La respiración es asi una herramienta fabulosa para sosegarse e irse liberando de la agitación, la ansiedad o la zozobra.
Basta con hacer una respiración un poquito más consciente, lenta y larga para que se sede el sistema nervioso y se pacifiquen las emociones. Podemos convertir la respiración en una gran aliada para cualquier situación de estrés y bajar el umbral de la ansiedad.
Ramiro Calle