Por Felipe Rocha.- Siempre recuerdo esta parábola que se me ocurrió hace varios años, que capte, que para mí habla sobre la maduración, el cese del auto sacrificio, la confianza en uno mism@ la plena confianza, en nuestra propia naturaleza y la fe del propósito, de la causa.
“Sé como un gran árbol”, crece tanto como puedas, no intentes igualar el tamaño de otros, crece a tus propias anchas, aliméntate para crecer grande y fuerte, no te preocupes de dar protección ni cargar con nadie, tu crece, respira, tan grande como te sea posible, no intentes dar frutos para alimentar a nadie, no podrás por que no los tienes, aún no han crecido, quizás otros si, con distinto tiempo al tuyo, pero tú sigues desarrollándote.
Hay quien vendrá y te exigirá frutos, te pedirá que lo alimentes, buscara en ti y no encontrara, nada, salvo hojas, y quien pase en tu invierno, ni te mirara, quizás como leña para quemar, nada obtendrán de ti, púes nada conocen de ti, solo aquel que conozca o intuya tu propio ser en este mundo podrá saber que serás capaz de dar en algún futuro, y sin embargo no está en tu responsabilidad dar nada a nadie, solo conocerte a ti mismo y cuidar de ti.
Se libre de toda carga que mancille tu especie, la ignorancia y la baja percepción te pedirán frutos de otro árbol exigirán que alimentes y que sirvas de lo que ellos quieren sacar provecho. Ya grande, fuerte, sabio y con frutos maduros y dulces, endulzados por los picos de los pájaros, a los cuales les das hogar, veras anidar huevos, y crecer familias ir y venir animales porque te necesitan porque sirves de hogar y abrigos para ellos, en el verano caluroso darás sombra, una gigantesca sombra, para dar descanso del sol al caminante y este podrá seguir su camino, gracias a tu grandeza tu humilde grandeza, darás refugio al pasar la noche, permitirás la meditación y la conexión del que lo necesita, darás apoyo a sus espaldas cansadas, serás receptor de recuerdo enterrados, espectador de amores, y sanador de llantos.
Vivirás mucho, más que aquel que te exigió alimento cuando no lo tenías, aun así lo alimentaras , temporada tras temporada, tu maduración ha llegado y nada podías apresurar, es parte de tu diseño y cumpliste tu tiempo, tu tiempo,. Luego los años pasar y quizás seas leña para calentar un hogar, fuego de una noche, harás la comida y en fin… serás un recuerdo en la mente, en el corazón de alguien.
Nadie está hecho para dar nada a nadie, solo crece y lo que los demás tomen de ti solo serán tus frutos, tu sombra, tu apoyo, has de vivir de tal forma que tu estés en paz, que cada cosa tiene su lugar. No te preocupes de lo demás, no te compares con nadie, encuentra aquello que amas y vive firme y en paz.