
Frenkel fue un físico soviético especializado en la física de la materia condensada, una rama de la Física que se ocupa de las características físicas macroscópicas de la materia.
Frenkel describió la excitación de los átomos en una red de aisladores y propuso que este estado excitado de la materia sería capaz de viajar de una manera similar a las partículas a través de la red sin transferencia neta de carga. En la década de 1960, el físico teórico de Harvard, Bert Halperin, teorizó de nuevo sobre la existencia de este posible estado de la materia y para denominarlo acuñó el término excitonium por primera vez en la historia. Ahora se ha confirmado experimentalmente su existencia.
Un excitón es un tipo de bosón, uno de los dos tipos básicos de partículas elementales. Es una cuasipartícula (o excitación elemental) de los sólidos formada por un electrón y un hueco ligados a través de la interacción coulombiana (según la ley de Coulomb). Se da únicamente en semiconductores y aislantes.
El excitón se forma cuando un fotón alcanza a un semiconductor y excita a uno de sus electrones. El electrón deja tras de sí un hueco que se comporta como si fuera una partícula, con el que interacciona el electrón y al que queda vinculado.
El sistema que resulta de dicho vínculo es el nuevo estado de la materia llamado excitonium, que permite que la materia actúe como un superfluido, como un superconductor o incluso como un cristal electrónico aislante.
El descubrimiento se produjo analizando calcogenuros de metales de transición, llenos de electrones. Los calcogenuros son una serie de compuestos químicos. Observando estos metales los científicos confirmaron por primera vez la existencia de los excitones. Y lo pudieron comprobar hasta cinco veces consecutivas y por separado, según han informado.
Como supraconductor y superfluido, este material podría usarse para hacer avanzar muchas de las tecnologías actuales, aunque de momento estas aplicaciones posibles son meramente especulativas. Los investigadores confían además que este descubrimiento podrá dilucidar algunos de los misterios que encierra todavía la mecánica cuántica.