Hace escasos días se produjo en México un terremoto de magnitud 7.1, con epicentro a 11 km de Acapulco. Durante el mismo, otro curioso fenómeno tuvo lugar: luces en el cielo, similares a auroras boreales.
Hablamos de eventos muy poco frecuentes y caracterizados por bandas y esferas luminosas, líneas en zigzag, cinturones de luces, rayos…
Se denominan “luces de terremoto” y son reconocidas por la comunidad científica desde la década de los 60, aunque aún no tienen una explicación concluyente.
Por el momento y, más allá de otras teorías de carácter pseudocientífico, se confirma que su origen está en los procesos geofísicos que se desatan con un terremoto; debido a la gran liberación de energía que se produce durante el mismo. “La fricción de la onda sísmica con cierto tipo de rocas provoca corrientes eléctricas que son luego expulsadas a la superficie” indicaban en los medios mexicanos para tranquilizar a la población.
Según el USGS (Servicio Geológico de las EEUU), la comprensión de este fenómeno podría tener un importante papel en el pronóstico de los movimientos sísmicos antes de que tengan lugar.