Desde principios de semana, una ola de frío polar se ha extendido por el sur de Estados Unidos, con temperaturas de 25 grados centígrados bajo cero.
El temporal, además de generar daños en infraestructuras humanas, también ha tenido un alto impacto en el medio ambiente. En concreto, ha puesto en serio peligro a tortugas ya casi extintas, que han perdido la capacidad de nadar o alimentarse debido a la hipotermia.
Por eso, un gran grupo de personas y veterinarios se ha movilizado para rescatar a 4.000 ejemplares, que han sido trasladados a centros de rehabilitación animal, hasta que las temperaturas aumenten y puedan ser devueltas a su hábitat natural.
Por otro lado, también se ha rescatado a más de una docena de perros callejeros o abandonados, que han sido transportados a centros de acogida.
“Es un evento sin precedentes” aclara Wendy Knight, directora del centro de investigación y conservación de tortugas marinas. “Debemos estar a la altura para proteger a los más vulnerables”.