Por Ramiro Calle.- El sentido de la vida no consiste en hacer, sino en ser.
Ser es mantener la presencia de lo que es en el momento y de sí mismo. Esa presencia se experimenta más allá de las idea o conceptos. No se trata de llenar la vida de actividades, sino de ser y serse. Solo cuando uno degusta el sabor inconfundible de ser y serse, todo adquiere otro sentido.
Hace mucho tiempo un periodista me preguntó que le explicase eso de «ser y serse» y le repuse que lo haría si él me explicaba a qué sabían las patatas fritas, pues yo nunca las había comido. Se quedó perplejo y no pudo explicarme ese sabor. Y entonces le dije: «Y si tu no eres capaz de explicarme el sabor de las patatas fritas, ¿cómo quieres que te explique el sabor del ser?». Solo si en un momento uno logra vaciarse de todo, puedes llenarte de Todo.
Otro periodista me preguntó si hay algo que perder con a meditación y le dije: «Mucho. La avaricia, el odio, los celos, la envidia, la rabia, el rencor… Hay mucho que perder». Hay experiencias inasibles a la palabra y una es la del ser. Se siente o no se siente.
Ramiro Calle