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Noticias Mindalia.- Los polos magnéticos de la Tierra se han invertido a lo largo de su historia en numerosas ocasiones, permitiéndonos, por ejemplo, localizar el norte en una brújula pero ¿en qué más afecta? Aunque parezca que no tiene relación alguna, el campo magnético de nuestro planeta nos protege de la radiación del Sol.
Este proceso sobre el que todavía se desconocen las causas concretas y se pensaba que duraba miles de años, comienza cuando se debilita el campo magnético de la Tierra hasta invertirse totalmente los polos.
La incertidumbre ha llegado con el estudio realizado a manos de unos científicos de la Universidad de California en Berkeley (UCB) y la Universidad de Columbia junto con investigadores franceses e italianos, que recoge que la última inversión magnética se dio hace 786.000 años y se produjo en menos de un siglo, no durante miles de años como se pensaba.
Cuando la Tierra se convierte en un enorme imán ocurren fenómenos increíbles como el enfriamiento de la lava o la congelación de partículas de óxido de metal, y estos hechos permiten a su vez que los expertos estudien más a fondo los cambios que sufren los polos. De hecho, estos investigadores han podido constatar su hallazgo a través del estudio de sedimentos de un antiguo lago en la cuenca Sulmona de los montes Apeninos al este de Roma (Italia).
Ahora, queda pensar si seremos testigos de algo tan increíble y cómo nos afectaría. ‘Lo más interesante de nuestro estudio fue poder constatar que el campo magnético de la Tierra puede cambiar muy rápidamente. Imaginábamos que podía suceder pero no contábamos con los datos que lo corroboraran’, señala Paul Renne, profesor de geología en la UCB y coautor del estudio.
En este sentido, el científico ha añadido que ‘el problema es que no sabemos si cada vez que se da un cambio de polaridad ocurre de la misma manera. Así que no sabemos si el próximo cambio va a ser más lento, igual o más rápido que el que hemos analizado’.
En cuanto a las consciencias, Renne ha señalado que ‘los cambios en el magnetismo terrestre podrían tener consecuencias en las infraestructuras eléctricas del planeta y también, por ejemplo, en los instrumentos de navegación- y remarca- ‘También se podrían producir consecuencias en la naturaleza, ya que sabemos que muchos animales, como los pájaros, la ballenas o las abejas, utilizan el campo magnético para orientarse’.
El hecho es que hay investigadores que van más allá en sus teorías y advierten que si el campo magnético se debilitara demasiado durante el proceso o desapareciera aunque sea por poco tiempo, perderíamos nuestra protección contra la radiación solar y los rayos cósmicos, lo que podría afectar la vida en nuestro planeta, llegando incluso a provocar mutaciones genéticas.
