Por Mónica Ramos Fernández.- ¿Por qué es importante tener una actitud positiva?
Las personas entusiastas y positivas no son personas carentes de problemas, son personas que escogen enfrentar las situaciones por difíciles que parezcan, con optimismo, superación y coraje.
En cambio si es una persona optimista, agradecerá el milagro de estar vivo y poder contarlo.
EL DOLOR puede ser el motor que nos IMPULSA o el BLOQUEO que nos DETIENE, la diferencia está en la interpretación que le damos a lo que sucede.
· Lo más importante es ser agradecido, identificar las cosas buenas que hay en tu vida.
· Sacar el lado positivo de todas las situaciones, pues tu eres el responsable de la perspectiva desde donde miras la vida.
· Contribuir, no hay mayor satisfacción personal que hacer algo por los demás.
¿Qué es lo que marca la diferencia?
La actitud es el ingrediente principal que define cómo es nuestra vida.
No son las situaciones las que nos definen sino el cómo nos enfrentamos a ellas.
Imaginemos dos hermanos que nacieron en el seno de una familia disfuncional, el padre estaba constantemente cambiando de trabajo pues su adicción a la bebida le tenía dominado, muy a menudo llegaba a casa borracho y os podéis imaginar cómo debía de ser la vida en ese hogar.
El hijo mayor, en su edad adulta acabó repitiendo los patrones de su padre en cambio el hijo pequeño se estudió y acabó siendo un gran empresario, formó una familia con unos cimientos sólidos y felices.
El monje y los tres albañiles
Hace ya algunos años, se estaban construyendo los cimientos de una catedral.
Al cargo de aquella magnífica obra estaba un monje al cual le gustaba pasear y observar y supervisar el avance de aquella obra.
Al monje le llamaba mucho la atención la aptitud con la que trabajaban los obreros y comenzó a detectar las diferencias que había entre ellos y decidió hablar con ellos.
Se acercó al primer albañil y le dijo: “Hermano, háblame acerca de tu trabajo”
El albañil dejó por un momento lo que estaba haciendo y contestó: “Aquí me ves sentado delante de mi bloque de piedra, que mide un metro por medio metro por medio metro. Y con cada uno de los golpes de mi cincel contra la piedra siento que estoy desconchando una parte de mi vida. Mira, tengo las manos endurecidas y llenas de callos, la cara arrugada y los cabellos grises. Este trabajo es el cuento de nunca acabar, lo mismo un día y otro día. Me está matando. ¿Dónde está la satisfacción? Me habré muerto antes de que ni siquiera esté acabada una cuarta parte de la catedral”
“Hermano”, contestó el albañil con una voz suave y uniforme, “aquí me ves, sentado delante de mi bloque de piedra que mide un metro por medio metro por medio metro. Y con cada uno de los trazos de mi cincel sobre la piedra siento que estoy labrándome una vida y un futuro. Mira, me ha permitido albergar a mi familia en una casa confortable, mucho mejor de la que yo mismo tuve. Mis hijos van a la escuela. Sin duda tendrán en la vida mucho más de lo que yo tengo. Todo esto ha sido posible gracias a mi trabajo. Al igual que yo le doy a la catedral a través de mi arte, la catedral me da a mí”.
El monje se acercó al tercer albañil. “Hermano”, le dijo, “Háblame de tu trabajo”
“Hermano”, le contestó con una sonrisa y una voz llena de alegría.”
A mañana siguiente, dimitió del cargo como maestro de obras para ponerse de aprendiz con el tercero de los albañiles?
-Cuento popular-
Te invito a reflexionar con cuál de los tres albañiles te identificas y porqué.
La circunstancias no las podemos cambiar, pero si la actitud con la que nos enfrentamos a ellas.
“De todas las cosas que llevas puesta, la actitud es la más importante”