Por Ramiro Calle.- Hay un cuento muy hermoso que recojo en mis obras dedicadas a cuentos de la India. He aquí que un hombre llama a la puerta de la casa de la amada y una voz femenina pregunta:
– ¿Quién eres?
– Soy yo- dice el hombre.
Y la voz femenina le dice:
– Ve al bosque y medita a lo largo de tres meses. Después vuelve.
Así l o hace el hombre y regresa tres meses después para de nuevo llamar a la puerta de la amada.
– ¿Quién es?- pregunta la voz femenina.
– Soy tú- dice el hombre.
Y entonces la voz de la amada dice:
– Entra, rey de corazones, no había en esta casa lugar para dos yoes.
Pero al amar el rostro del amado/amada, no es para excluir a las otras criaturas, sino para ver en la faz del amado/amada los rostros de todos los seres vivientes.Sin egos, en un solo yo que es el YO CÓSMICO. No hay amor más elevadoi que el ALMOR o amor del alma.