Por Inocencia del Pino Nava.- A lo largo de muchos años, mi mente ha revoloteado como un pajarillo perdido, sin rumbo fijo, inquieto, cansado de buscar sosiego y paz, los pensamientos inútiles cargaban mi vida de un peso insoportable, aflorando constantemente pensamientos del pasado, recuerdos enterrados en el abismo, liberarme de ese peso que me hacía sentirme incomoda, ha sido una búsqueda intensa y dolorosa para mí, pues doloroso es dejar atrás el peso del pasado, liberándonos de él.
No es fácil perdonar a los que te hieren, pero mucho peor es perdonarte a ti mismo por los errores cometidos en el pasado, con nosotros somos más severos y nuestro orgullo se retuerce hasta caer exhausto, pero liviana se queda el alma al liberarse de esa carga.
Más liviana se queda aún cuando encontramos el camino y sabemos de una vez qué ruta debemos tomar y qué propósito traemos a esta vida que nos ha tocado vivir. Quien no se ha hecho la pregunta de rigor ¿Quién soy yo, de dónde vengo, qué debo hacer y qué no debo? ¿ Por qué no puedo alcanzar mis sueños?.
He pasado por diferentes etapas de mi vida, leyendo hasta la saciedad creyendo saber y haber encontrado lo que buscaba, pero pronto me daba cuenta de que seguía siendo igual, las dudas y las inquietudes volvían de nuevo a mi mente perdiendo de nuevo la armonía que mi alma aparentaba tener, de repente el mundo me parecía hermoso y otras veces lo veía lleno de maldad, lleno de mentira, de tanta hipocresía que mi espíritu de nuevo se aturdía, sintiéndome insegura de mí misma, no creyéndome capaz de alcanzar la libertad que te hace afrontar la vida de diferente manera, superando todos los obstáculos que se encuentran en el camino, haciéndonos más fuertes en cada caída mirando siempre hacia delante, viviendo el día a día.
La vida no es solo lo que parece, instante a instante te brinda un abanico de posibilidades que puedes tomar o dejar. Si tomas el camino equivocado, tendrás que cargar con las consecuencias y solo tú serás el responsable. Hay muchas oportunidades que dejamos escapar y algunas no volverán a presentarse jamás.
Llega un momento en que estás tan cansada de caer en los mismos errores, de cometer las mismas estupideces, de desperdiciar tantas oportunidades, que tienes que decir :¡basta! quizá haya personas que se encuentran bien llevando una vida monótona, sin aliciente, sin lucha, se amoldan y prefieren dejarse llevar, es más fácil que enfrentarse a uno mismo, pero no son más felices. Cada cual decide con su vida lo que quiere hacer, otros prefieren que decidan por ellos y los hay que prefieren tomar el timón de sus vidas, que aunque a veces resulta pesado es mucho más gratificante y más apasionante, pero cuesta dejar atrás algunos cimientos bien anclados, sin embargo se construyen otros muchos más fuertes y seguros.
La vida es un continuo progreso, no hay posibilidad de pararse. Tarde o temprano el río de la vida te arrastra, es mejor dejarse llevar, la corriente a veces es muy fuerte y el que se resiste sale mal parado. Es importante tener claro que podemos alcanzar todo aquello que queramos, tenemos la fuerza suficiente para ello, dentro de nosotros hay un potencial que a cada cual le corresponde sacar al exterior, con ese potencial podemos ser capaces de conseguir nuestros sueños, hay que adentrarnos y llegar al fondo, nadie lo puede hacer por nosotros.
Me ha costado mucho aceptarme tal y como soy, con mis defectos y mis virtudes, con la certeza de que poco a poco esos defectos se pueden ir limando echándole mucha paciencia, eso sí, pero sin perder la esperanza. Dejar de echar la culpa a los demás es otro tanto a nuestro favor porque siempre buscamos culpables en quien descargar nuestras debilidades, nuestros errores, nuestros complejos, pero cuando nos damos cuenta de que somos los únicos dueños de nuestras vidas, cambiamos nuestra visión de las cosas. Como diría un gran amigo, somos los propios creadores de nuestro destino, el mundo es como un puzle, cada uno es una pieza y todos formamos una unidad, cada cual ocupa su lugar y no puede ser remplazado por nadie.
El amor es el motor de la vida, sin amor nos volvemos huraños, nos pasamos al lado oscuro sufriendo y atormentándonos. El amor es la energía que nos hace vivir, nos fortalece para elevar nuestro espíritu a lo más alto. El amor es el puente que nos une a Dios, anclado en nuestro corazón desde siempre. El amor es Dios mismo, no podemos sobrevivir sin él. Si alguien decide que no lo necesita, acaba viviendo en la sombra, en la oscuridad, vive sin vivir y tarde o temprano tendrá que lanzarse a rescatarlo, por muy escondido que este, tendrá que convertirse en un aventurero en busca del tesoro perdido, solo que este tesoro lo hallará dentro de sí mismo.
Será una búsqueda intensa pero muy gratificante. Al final te das cuenta que lo único que tienes que hacer es ser tú mismo, no necesitas parecerte a nadie, es absurdo querer ser diferente porque cada uno ya lo es por sí mismo. Querer aparentar lo que no se es, no nos lleva a ningún lado, excepto a una insatisfacción personal. Tú tienes algo que yo no tengo y así nos complementamos unos con otros. Buscamos infinidad de excusas, ocupamos nuestro tiempo con quehaceres que no nos satisfacen, buscamos llenar ese vacío que se nos hace insoportable y procuramos pensar lo menos posible, bloqueamos de tal manera nuestra mente que nos hacemos autómatas, somos predecibles, repetitivos, cualquier cosa menos llegar a la raíz de nuestros problemas, de nuestras inquietudes, enfrentándonos a nosotros mismos, acabando de una vez con el remordimiento, el hastío, el vacío.
Todos tenemos algo que superar y enfrentarnos a ese algo nos produce inseguridad, miedo, pero es necesario salir de esa pasividad y enfrentarnos a ella, derribar esas barreras que solo nosotros nos hemos construido a lo largo de nuestras vidas, solo así podremos liberarnos y ver la vida desde otra perspectiva diferente. Para eso estamos aquí, para alcanzar metas insospechadas y para dar de nosotros lo mejor. ¿Qué sentido puede tener la vida si al final del camino nos sentimos vacíos, si pasamos por este mundo sin pena ni gloria, sin haber alcanzado nuestras metas, sin haber ofrecido nada que valga la pena? Cada cual en su medida debe aportar su granito de arena, no importa en qué situación te encuentres, que posición social tengas, lo que importa es contribuir en la medida de nuestras posibilidades a mejorar esta sociedad a la que pertenecemos y de la que nos guste o no formamos parte.
El mundo evoluciona, aunque nos parezca que vivimos en un mundo de locos, con tanta violencia y con los valores morales por los suelos, donde prima el egoísmo, el pillaje, la opresión, pero aun así todo sigue su curso y la cordura llegará a establecerse con el tiempo. Que nadie crea que quedará exento de los abusos que haya cometido, del sufrimiento que haya podido ocasionar, con su mal proceder. Cada cual pagara sus extravíos, la justicia humana deja mucho que desear pero la justicia Divina nadie la puede burlar y como tal nadie quedará impune, pero siempre hay una nueva oportunidad, para dejar de hacer daño, para enmendar nuestro mal proceder, siempre podremos empezar un camino nuevo lleno de esperanza. Aunque queramos huir de nuestras responsabilidades, tarde o temprano tendremos que enfrentarnos a ellas.
No existe una varita mágica que cambie todo aquello que no nos gusta, pero existe el propósito firme, la certeza, de que tenemos en nuestro interior la fortaleza y la sabiduría suficiente para alcanzar nuestros sueños, que al cambiar nuestros pensamientos negativos por otros más positivos, nos convertimos en mejores personas, transformando nuestras vidas y alejando las sombras de todo lo que nos rodea, haciendo más llevadero nuestro camino y transformando muy sutilmente todo el entorno que tenemos cerca de nosotros, contribuyendo así a construir un mundo mejor, un mundo donde la paz y el amor sean las únicas banderas que deberíamos alzar, Un mundo de progreso en donde cada uno pueda libremente elegir su propio camino.