Un grupo de jóvenes científicos asiáticos, en colaboración con las universidades de Singapur y China, han creado un sistema anaeróbico que funciona como “estómago bioquímico”, convirtiendo los desechos alimentarios en energía limpia. Una serie de bacterias y microorganismos, cuidadosamente seleccionados, descomponen los restos de comida y generan biogás, que luego puede utilizarse como combustible, productor de electricidad e incluso como fertilizante. ...
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