Por Samanta Maranca y Gustavo Gómez.- DESAFÍO DE ABUNDANCIA: Da más y expandí tu universo de oportunidades.
¿Qué nos impide dar o limita la cantidad de lo que damos? EL MIEDO.
Cuando todavía tenemos programaciones mentales de escasez, nuestro principal miedo es a ‘’quedarnos sin’’ dinero, trabajo, pareja, amigos, comida, recursos.
Muchas veces ni siquiera somos conscientes de lo limitada que es nuestra capacidad de dar. Es común para los seres humanos tener una auto-percepción más generosa de la real.
Te ofrezco una reflexión práctica y sencilla para reconocer en este momento cuán abierto/cerrado estás a DAR. Te invito a hacerla para TOMAR CONCIENCIA, no para castigarte, que es lo que hace la víctima interna. Sólo cuando hacemos un ‘’chequeo de realidad’’ podemos decidir si queremos seguir haciendo las cosas de la misma manera o elegimos cambiar, para beneficio propio y de nuestro entorno.
* Repasá los últimos 3 meses de tu vida e identificá todas las cosas que hayas regalado y a quien(es) y escribí / sentí la respuesta a estas preguntas:
– ¿cuántas cosas regalaste?
– ¿qué tipos de regalo hiciste? ¿regalaste cosas materiales, experiencias, tiempo, escucha, oportunidades…?
– ¿qué te es más fácil y cómodo regalar? ¿Qué te causa más miedo y no te animás a dar en cantidad?
– ¿cuál fue tu motivación para hacer esos regalos?
– ¿a quienes le diste esos regalos?
– ¿entre esas personas, había algún desconocido o persona que no pertenezca a tu familia o círculo más cercano?
Ahora, identificá el regalo más grande que hayas hecho en estos últimos 3 meses y a quien se lo diste.
El ‘’tamaño’’ de ese regalo, representa tu capacidad de dar y tu estado de abundancia mental actual. Ya sé que tu mente se está justificando y defendiendo y diciendo ‘’la intención es lo que vale, las cosas no se miden por su tamaño.’’ Si estás pensando así, seguramente tu abundancia sea limitada en este momento. Es obvio, por la creencia que está programada en tu mente de dar poco (y justificarlo).
LO QUE DAS HABLA DE LO QUE SOS Y TENÉS. ES UN REFLEJO DIRECTO DE TU MENTALIDAD ACTUAL.
Lo apasionante de esto es que podemos abrir nuestra mente y nuestro corazón para expandir nuestra capacidad de dar y, por supuesto, de recibir. Ambos son importantes.
En general, solemos dar mucho menos de lo que podemos porque se activa el miedo a quedarnos sin nada o a perder. Cuando identificamos ese miedo, tal vez nos aventuramos a dar un poco más, pero a personas muy cercanas (es una forma indirecta de ver esa inversión y no sentir que se esfumó). Cuando soltamos el miedo, podemos abrirnos a dar y a servir libremente, aún a personas que no vamos a ver nunca más, o que viven lejos, o que ni siquiera conocemos. No esperamos algo a cambio. No proviene del ego; de la necesidad de recibir aprobación, o de tapar culpas o ausencias, o de sentirnos poderosos. Es algo que proviene del corazón y de nuestra naturaleza intrínseca. La felicidad de los demás, es nuestra felicidad. Somos abundancia y nuestra naturaleza es dar, confiando en que cuánto más damos, más recibimos, para así seguir dando y creando valor en el mundo.
¿Cómo podría alguien carente ayudar al mundo?
Si querés despertar tu espíritu de servicio, tenés la obligación y el compromiso de volverte ABUNDANTE. No vas a ayudar a nadie desde tu carencia o limitaciones. Quien se identifica con una realidad de escasez, es un peso para los demás, porque sólo pide, toma, demanda.
El Universo le DA todo a los corazones generosos que ponen SUS recursos a disposición del bien común. Recalco que son los recursos del Universo, no nuestros, porque somos guardianes y administradores de ellos mientras están en nuestras manos, pero no poseemos nada; somos canales por los que pasan el dinero y los recursos y necesitamos disfrutarlos desde el desapego. Venimos sin nada, y así nos iremos. Lo único que nos llevamos es la cantidad de abundancia que compartimos. Y, si te das cuenta, la abundancia es amor. Una vida rica es la de alguien que dio y recibió la mayor cantidad de amor posible. Una vida pobre, es la de quien acumuló o sólo se dio a sí mismo.
Un desafío para expandir tu capacidad de dar, es duplicar en estas semanas el ‘tamaño’ del regalo que identificaste como más grande en tu lista. Abrite a la posibilidad de que quien necesite recibirlo ni siquiera sea alguien de tu entorno inmediato. Jugá a dar, justamente lo que más te cueste: tal vez es dinero, o tiempo, o escucha, o tiempo de juego, el acto de dejar de juzgar o culpar a otros por tu situación actual…
¿Te sumás al desafío?
Samanta Maranca y Gustavo Gómez
www.encuentro.pro