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Terapias alternativas, ¿realidad o ficción?

Por María Adela Fernández Zamora.- Frecuentemente oigo debates sobre la validez de las terapias alternativas frente a la incuestionable validez de lo que comúnmente se denomina medicina tradicional.

Solo esta frase da para profundizar y matizar varios aspectos que considero importantes.

¿CÓMO SE MIDE LA VALIDEZ DE UNA TERAPIA?

Desde mi punto de vista la validez de una terapia radica en el efecto que esta tiene sobre el individuo en función del objetivo que se quiera conseguir.

Por ejemplo, si tengo fiebre asociado a un proceso gripal y quiero que mi cuerpo responda rápidamente hacia el bienestar porque he de cumplir una serie de obligaciones; ir al médico, que me pinche y me recete algún medicamento, es la opción más válida para mi EN ESE MOMENTO.

Sin embargo, si puedo dejar que el malestar curse de forma natural, mimando mi cuerpo con toallas húmedas, dándole reposo, aportando un extra de vitaminas y minerales para el refuerzo del sistema inmune y fortaleciendo mi alimentación; también será la opción más válida para mi EN ESE MOMENTO si así lo elijo.

En definitiva, cuando se habla de la validez de una terapia, más que valorar el origen de la misma, se debería dar respuesta a la siguiente pregunta:

¿te ha ayudado a cumplir con el objetivo por el que habías acudido a ella?

Si es afirmativa, entonces ha sido VÁLIDA PARA TI EN ESE MOMENTO DE VIDA.

¿QUÉ ES LA MEDICINA TRADICIONAL?

Por tradicional se entiende algo que sigue las normas o costumbres de un tiempo pasado. Partiendo de esto, tampoco creo que hacer mención a la medicina tradicional sea un término universal, ya que dependiendo de la región en la que te encuentras e incluso del momento cronológico, se usarán unas técnicas u otras. De hecho, la medicina alternativa es medicina tradicional en algunas regiones. Así que a partir de ahora para diferenciarlas me referiré a esta última como médica institucional.

Por si alguien todavía tiene dudas, este término englobaría todo el sistema de atención médica orientada a la administración farmacológica.

SI ME PONGO ENFERMO, ¿DÓNDE ACUDO?

Mi intención con este artículo es la reflexión sobre la ligereza con la que se cuestionan determinadas terapias e incluso a usuarios de los mismas.

La vida es un camino de evolución constante en el que el poder de decisión y cambio es la llave maestra que todas tenemos a nuestra disposición en cualquier momento de vida. En este sentido, en un período puedo pensar una cosa y tras un tiempo y experiencias, pensar otra distinta. Y más allá de estar siendo incoherente, lo que estoy haciendo es alineándome en coherencia con mis circunstancias y emociones de ese momento.

Así que mi visión es clara, la valoración de cualquier terapia tiene dos elementos claves: el tiempo y el individuo. USA LA TERAPIA QUE NECESITES SEGÚN TUS NECESIDADES, OBJETIVOS Y CIRCUNSTANCIAS DE VIDA. Mientras la decisión se tome desde esa coherencia, todo es válido y perfecto.

Pregúntate, ¿qué estás necesitando para tu mayor bienestar en ese momento? Elige la terapia que más se adapte a tu respuesta. Conecta con lo que quieres sanar, ¿quieres sanar el síntoma?, ¿quieres sanar la causa?, ¿solo quieres un parche y seguir realizando tu actividad diaria? Etc…

Una vez que des respuesta a estas preguntas, sé coherente y elige la mejor opción para cubrir esa necesidad. Ese el único debate posible. Busca información de calidad, contrasta diferentes opciones y alternativas, compara y decide desde esa coherencia.

LA MEJOR TERAPIA QUE EXISTE ES AQUELLA QUE CADA UNO ELIGE DESDE LA COHERENCIA PARA ESE INSTANTE DE VIDA QUE ESTÁS VIVIENDO.

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