Por José Antonio Cordero.- El miedo se apodera en los pueblos cuando la naturaleza reacciona con fuerza. Los cambios meteorológicos siguen un ritmo ordenado de acuerdo a las estaciones, las leyes que funcionan en verano son muy diferentes a las de invierno, todas esas leyes suceden siguiendo los patrones que vienen de la Ley Natural. El universo está regulado por la Ley Natural, que es receptiva y al mismo tiempo es gobernadora. Las leyes naturales rigen en todas partes y al mismo tiempo las partes influyen en las leyes naturales.
El ser humano es un gran receptor y al mismo tiempo es un gran transmisor. Es influido por las leyes naturales y al mismo tiempo influye en ellas. Tal como dijo Maharishi “el mundo es como nosotros somos”, esto quiere decir que las cosas que suceden son un reflejo de cómo somos y de cómo actuamos.
Las tormentas son replicas de nuestros propios tormentos, esas formas incontroladas de pensamientos caóticos, pensamientos obsesivos, agresivos y tan dominantes que llegan a ser verdaderas pesadillas. Así son los tormentos mentales, es la tormenta eléctrica mental que nunca sabes cuando va a aparecer ni cuando va a terminar.
Los desequilibrios que estamos viendo en la naturaleza reflejan los desequilibrios humanos. Las violaciones continuas de las leyes naturales, la disposición antojosa sobre la vida de los animales que son maltratados para luego quitarles la vida y que sirven de manjar para las grandes mesas. Son tantas las actuaciones humanas que violan las leyes naturales que es normal que sucedan respuestas naturales.
La Ley Natural es imparcial, no dicta sentencia en cada instante, la norma que tiene es que tal como actuamos así recibimos, tal como sembramos así cosechamos, acción y reacción similar. Es la balanza que cae del lado que empujamos o sobrepasamos. Una vez que el plato se vuelca vuelve a su posición, el eje de la balanza de la Ley Natural no se inmuta, es el hacedor el que sufre las consecuencias de sus propios actos.
La comunicación del hombre con el universo es a través del sistema nervioso, todos los seres vivos tenemos un tipo de sistema nervioso, cada uno es diferente.
No es recomendable recibir transfusiones de otros animales porque recibimos mucho más que sus plaquetas y nutrientes sanguíneos, recibimos las características de su sistema nervioso.
Igual que nuestro corazón es afectado por alteraciones del sistema nervioso, igual sucede al sistema digestivo, los músculos se contraen, todo el cuerpo reacciona al sistema nervioso. La carne y los huesos son modificados por el sistema nervioso.
Además de alterar las leyes naturales con las matanzas de animales, el sufrimiento de los animales y el dolor de su muerte, todo ello repercute en sus carnes y huesos que luego son rechupeteados por hombres. La ingesta de animales afecta al sistema nervioso humano.
El propósito de la alimentación no es ingerir todo tipo de nutrientes, es mucho más que eso, es ingerir ORDEN, y el orden se encuentra en la Naturaleza, y no en las carnes, huesos y huevos. La Naturaleza dispone de todos los nutrientes que el ser humano necesita. Los mejores nutrientes vienen del mejor productor: La Naturaleza.
La vida más sana viene por ingerir el ORDEN que transmite la Naturaleza. Los animales no fueron criados para nuestro divertimento, sino para enriquecer la variedad de vida y cumplir con los procesos evolutivos en cada etapa de vida animal, racional o irracional.
“Somos lo que comemos” quiere decir exactamente eso, nuestro cuerpo reacciona a aquello que comemos, a aquello que ingerimos y el cuerpo se adapta a aquello que ingiere. El remitente entrega sus datos al destinatario.
Tener sensibilidad para discernir sobre qué se está recibiendo depende completamente del estado del receptor. Si el que recibe está excitado, sufre de estados tormentosos y tiene mucho estrés, un poco más de estrés no será percibido.
De la misma forma que nosotros nos contaminamos con ciertas alimentos, igualmente nosotros contaminamos a la naturaleza con nuestros tormentos mentales, acciones aberrantes y sanguinarias. Somos responsables de los desequilibrios o fenómenos adversos que suceden.
Estas adversidades climatológicas pueden cambiar si el ser humano cambia. Tenemos las herramientas que las buenas ciencias nos enseñan para gozar de salud perfecta.
La conciencia colectiva mueve los fenómenos colectivos. La fuerza colectiva es más poderosa que la suma de las fuerzas individuales. Pero como no sabemos manejar la fuerza colectiva, sí podemos hacer manejar ya mismo nuestra propia fuerza individual y hacer que nuestro mundo sea tal como dirijamos nuestro destino.
La diferencia entre la oscuridad y la luz está en un nivel tremendamente insignificante y pequeño. Tan pequeña es la diferencia en las reacciones del sistema nervioso que pueden generar tormentas mentales o bien pueden generar la mayor dicha humana. La diferencia entre la Felicidad y el sufrimiento es algo insignificante, pero un pequeño punto divide dos mundos completamente diferentes.
Si queremos que el mundo cambie debemos empezar por eliminar nuestros tormentos mentales. Y el mundo será tal como nosotros seamos, y nosotros seremos tal y como comamos.
No hay mayor organizador de ORDEN que el que provee la propia Naturaleza. Los alimentos ecológicos son creados por la Naturaleza y no por los hombres. Sin embargo los alimentos envenenados son creados por la torpe astucia humana.
Alimentarse única y exclusivamente de la Naturaleza traerá el equilibrio en todo el Universo.
Allí donde exista un equilibrio perfecto no se conocerán miserias, carencias ni sufrimientos.