Por Adriana.- El primer mas grande dolor en mi vida del que empece siendo consciente fue mi relación con el dinero, el manejo de mi finanzas. Confieso que es lo que mas me ha traído problemas y situaciones muy difíciles en mi vida. Ahora me doy cuenta que parte de ese dolor era mi responsabilidad y que también era mi responsabilidad sanar esa parte de mi.
También me di cuenta que todo empezó con las creencias negativas que tenía acerca del dinero. Siendo mujer en una sociedad latinoamericana y estando en una familia en donde nunca había suficiente, fue lo que me marco los primeros años de mi vida. Todas las creencias que escuchaba acerca del dinero, eran negativas. La que mas me marco fue la que mas me decía mi Papá: Tu aunque tengas un millón de dólares, te lo gastas todo. Aunque si que fui gastalona, cada vez que me decía esto, me hacía sentir que una mujer no podía manejar su dinero, solo gastarlo y efectivamente todo el dinero que ganaba se me iba.
De lo anterior, empece a trabajar profundamente en mi, aceptando la responsabilidad y dejando de culpar lo externo. Poco a poco me di cuenta de que las mujeres si podemos manejar nuestro dinero y generarlo, que es posible retener e invertirlo también.
Si te identificas con mi historia, te tengo buenas noticias, se puede y podemos salir adelante y transformar ese dolor en nuestra mas grande bendición. Ese dolor me dio la oportunidad de atreverme y escribir, emprender mi negocio y ayudar a otras mujeres que pueden estar en la misma situación en la que estaba o con otro dolor que no las dejaba avanzar en su vida.
La vida me ha dado las lecciones mas importantes a través del dinero y también me ha dado la bendición que hay detrás de cada experiencia.
Lo primero que empece a hacer para saber manejar mi dinero, fue conocer cuanto gastaba, cuanto ingresaba y con cuanto vivía cada mes. El conocimiento me dio el poder de construir mi relación con el dinero desde mi poder y no desde mi carencia y necesidad.
Para empezar a sanarnos, hay que conocer que es lo que sucede y de esta manera comenzar a sentir que podemos manejar la situación y sanar nuestro dolor.
Deseo que te sientas acompañada y bendecida en este proceso.