Por Diana Fernandez.- Muchas veces creemos que el mayor capital que tenemos es nuestro dinero, nuestros bienes, nuestras pertenencias externas. Sin embargo, el capital más importante que tienes siempre a disposición es tu energía.
Todo es energía y desde tu centro, a través de tu ser, ésta energía se expande hacia el mundo exterior en un proceso sagrado y magnífico de creación. La energía se dirige hacia donde nuestra atención la enfoque y allí hacia dónde va, eso, siempre crecerá, independiente de que sea negativo o positivo.
Ahora, imagina que cada día, durante tus 24 horas tienes un gran capital de energía que hará crecer todo aquello hacia donde se dirige, solamente a través de tu atención, de los pensamientos, las emociones, las palabras y los actos que emites.
Ahora, détente por un momento y evalúa conscientemente, hacia dónde estás dirigiendo tu atención (tu energía) durante todo un día! Estás disperso en tus miles de pensamientos? Estás con emociones de montaña rusa? Estás actuando en miles de proyectos al mismo tiempo?
Y aún más, estás entregando tu energía en conocer la vida de los demás, inclusive de quienes no te aportan nada sino te dejan vacío, regalando todo ese capital energético a otros, a los dramas, al pasado y demás, sabiendo que no te trae nada de ganancias en retorno?
TU REVISIÓN DIARIA
Es bueno entrar en consciencia y comenzar a tomar responsabilidad por nuestra vida. Te invito a que al final de tu día hagas una evaluación si tu día fué una buena o mala inversión:
- Hacia dónde se fueron tus pensamientos?
- Hacia dónde se fueron tus palabras?
- Hacia dónde se fueron tus emociones?
- Hacia dónde se fueron tus acciones?
- Viviste más pendiente de lo que sucede en la vida de otros que en la tuya?
- En qué perdiste tu energía regalandole la atención sin dejarte más lleno de luz, más feliz y en paz?
Se trata de volvernos conscientes de nuestra grandeza, de lo importante que somos y de las herramientas que tenemos a disposición que debemos aprender a usar en mayor sabiduria.
Es volver a nuestro centro, tomar nuestra energía como un capital sagrado. Imagina como si fuese dinero que la Divinidad te ha entregado y tú decides dónde invertirlo. Entonces, a partir de ahora, comienza a entregar todo ese capital en algo que sea productivo, que sea luz, que vaya acorde con tus sueños, con todo lo más positivo que quieres para tu vida.
La energía es tu capital sagrado, recuérdalo siempre.