Por Francisco Menchen Bellón.- PRIMER PASO PARA SER CREATIVO: CAPTAR LA REALIDAD
«Una persona no es creativa en general; no se puede decir que una persona sea «creativa». Debemos decir que es creativa en X cosa, ya sea en escribir, enseñar o dirigir una organización. La gente es creativa en algo» Howard Gardner (1995)
¿Sabes que Charles Darwin descubrió algo nuevo de gran valor para la biología?
Este aventurero y vigoroso científico inglés con veintisiete años salta de su embarcación. Beagle, y se pasa varias horas investigando el arrecife de coral vivo que rodea las islas Keeling.
En su diario recoge:
“La mera variedad da escalofríos: peces mariposa, damiselas, peces loro, peces ángel…”
El espectáculo es un festín para la vista de Darwin
¡Qué forma tan emocionante de captar la realidad!
¿Cómo capta la realidad un alumno que se entusiasma cuando explica su maestro?
¿Qué imágenes invade su mente?
Cuando el alumno capta la realidad, conscientemente y con entusiasmo, las imágenes que le provocan quedan grabadas a fuego en su memoria. Cuando hablamos de realidad no sólo queremos referirnos al espacio físico y natural, sino también a todo cuanto en ella hay y acontece; es decir, hechos, situaciones, acontecimientos, emociones, vivencias, problemas.
La realidad es inagotable, multidimensional, tiene muchos detalles que pasan desapercibidos y, se puede configurar desde tres perspectivas: el mundo material y físico, donde todo gira en torno a “yo” y “mío” y cuando lo captas con tus sentidos, sientes relajación y bienestar; el plano sutil que se proyecta en una sensación emocional que percibes en tu vida y la sientes a través de experiencias atribuidas a la intuición; y el mundo trascendental y cósmico que guiado por la conciencia, te permite expandirte y conectar con la naturaleza divina. Estas imágenes de plenitud te abrirán muchos caminos y avenidas en tu vida.
Partiendo de una visión creativa, captar la realidad puede significar la interacción de estas tres miradas que emergen como unidad total: sensorial, simbólica y espiritual, consiguiendo con ello una perspectiva globalizada. Cada uno crea su realidad desde el marco cultural en que se ha socializado. El cerebro humano aprende a adaptarse a cualquier realidad.
Captar la realidad es conocerla, es el resultado de muchas fuerzas que conforman nuestra experiencia, y cada una provoca un impacto que hace que nos sintamos bien o mal. Muchas de estas fuerzas (entorno familiar, código genético, época en que vivimos, medio sociocultural…) están fuera de nuestro control. No se trata de mantener una relación pasiva sino una relación activa, en la que intervienen a un mismo tiempo la biología, la filosofía, la neurología, la psicología y la vertiente sociocultural.
La mayoría de los seres humanos siguen experimentando la realidad como algo estático y objetivo, fruto de la física newtoniana. Todavía, está poco reconocido, considerar la realidad como un campo de interacción, donde la energía fluye e interacciona, experiencia que parte de la física cuántica de EINSTEIN (1915). La realidad es como un sistema de ondas que interactúan donde no existen junturas ni límites. La realidad barrunta muchas posibilidades, pero ellas no son propiedades de sí misma, sino operaciones realizadas por la mente creadora.
¿Cómo capta la realidad un maestro que se entusiasma con su trabajo?
¿Qué tipo de energía corre por su cabeza?
Para captar la realidad entra en juego el proceso de creación, una dimensión muy importante para descubrir y percibir los hechos, las situaciones y los problemas. Aquello que percibimos por nuestros sentidos es, principalmente, un producto de nuestra imaginación, moldeado por nuestro estilo de vida. La imaginación es un elemento clave de la creatividad que, va manejando las estrategias correspondientes para elaborar su propia obra.
El acto creativo no es una improvisación; es una inspiración, una intuición que descubre algo nuevo en la realidad, que antes era desconocido, pero también es conocimiento, experiencia y esfuerzo. La realidad es capaz de sorprendernos, porque a veces descubrimos cosas distintas a lo que esperábamos.
El ser humano tiene que mantener un diálogo dinámico con su entorno y su espacio natural y debe tratar de superar la simple adaptación pasiva, creando su propia realidad; tiene que entrar en su interior más profundo y descubrir por sí mismo lo que en ella hay, sin dejarse llevar por lo que han hecho otros, visualizar nuevas relaciones inesperadas. Hay que hacer como el artista que, no fija la imagen de la realidad, sino que la recrea, la reinventa y la reencarna. La realidad es un lábil concepto visual que cada uno manipula a su antojo, en función de los más variados intereses (pintor, fotógrafo, poeta, músico, científico). Se dice que la palabra «realidad» debería escribirse entrecomillada, porque es un concepto muy vulnerable a las interpretaciones. No significa lo mismo una nube para un navegante que para un pintor.
La conciencia del observador selecciona aquello que le interesa, según sus deseos y grado de motivación. Una forma singular de captar la realidad es mirar a tu alrededor y ver lo que los demás no han visto. Es ver lo invisible y hacerlo visible como hace el poeta que, mediante su intuición, establece relaciones que la lógica no se atreve a realizar. Es necesario ver la realidad con ojos nuevos para darse cuenta que algo no es evidente. La realidad dispone de mecanismo para superar las invenciones de la fantasía.
Somos descubridores y el descubrimiento es un arte creador de la realidad, que en algún momento puede llegar a superarse y ser sustituida por otras mejores. Por ello, no deberíamos obsesionarnos con la realidad de la vida diaria, sino dejar más espacio a lo que habita en nuestro corazón, en nuestra alma. Nuestro pensamiento no es libre, debido al carácter invasivo y posesivo de la información subliminal que se apropia de nuestra mente, e impide la percepción fidedigna de la realidad.
¿Cómo capta la realidad un grupo de maestros que les encanta sorprender a sus alumnos?
¿Qué tipo de vibraciones sienten?
La capacidad de captar la realidad es común a todas las personas, pero no siempre somos conscientes. No creemos lo que vemos, sino que vemos lo que creemos. Se trata de hacer una elección consciente de los actos, hechos, situaciones, sentimientos, vivencias, y desde tu energía interior crear nuevas posibilidades, intenciones y pensamientos. Se trata de decidir en qué mundo queremos vivir, siendo consciente de esa elección. La realidad que una persona capta es una construcción de la percepción y del pensamiento.
La realidad no la vemos tal y como es, la realidad la vemos tal y como somos. Nuestra mente crea la realidad. La belleza o la fealdad no reside en la realidad, sino en el ojo del espectador, y en cómo la hacemos nuestra, propia e inviolable en el momento de recordarla. Todo hecho se puede recuperar o resignificar, dándole un sentido nuevo y comprenderlo desde su verdadero sentido evolutivo; cuando uno cambia las formas de ver las cosas, las mismas cosas cambian. La resignificación del pasado es un salto cuántico porque altera el tiempo y el espacio. Hay que descubrir que lo externo es lo interno y que el observador es lo observado
Generalmente, los alumnos no están acostumbrados a conocer y captar la realidad en toda su extensión. El alumno mira los objetos pero no los percibe en su totalidad. Los sentidos suelen engañarles y llevarles a cometer errores, por no ser educados debidamente. Lo esencial para captar la realidad es sentirla emocionalmente, y es, entonces, cuando tu imaginación puede evocar otras realidades, que debes darle identidad, significado y vida.
La Escuela Galáctica estimula una mirada holística que traspasa la frontera del mundo visible y predispone al alumno a conectarse con el nivel más profundo de la conciencia. Este estado te permite detectar ciertos destellos, indicios o atisbos sutiles que sirven de inspiración para descubrir el lado oculto de los sucesos cotidianos.
Francisco Menchen Bellón