Por Francisco Menchen Bellón.- “¿Qué es la creatividad? Es el descubrimiento de algo nuevo de valor” Amit Goswami (2009 – Físico cuántico de fama mundial)
¿Sabes que Steve Jobs descubrió algo nuevo de gran valor para la tecnología?
Este genio, creador de ilusiones, solía concluir el lanzamiento de nuevos productos, afirmando:
“Está en el ADN de Apple que la tecnología sola no basta; que es la tecnología casada con las artes liberales, casada con las humanidades, la que arroja el resultado que nos alegra el corazón”
Este brillante innovador transformó las relaciones del universo digital y comunicacional con millones de personas.
Para transformar la realidad, previamente, debes aprender a captarla, conocerla, sentirla y dominarla. La realidad tiene incontables fisonomías, se transforma cuando se libera la creatividad de los seres humanos y se da «un salto» a lo desconocido, a lo invisible, a lo imposible; es un abandono en manos de la imaginación. Hay que convencernos que hay otras realidades que podemos crear con la ayuda de las imágenes. Para hacer esta artística pirueta, debemos dejarnos llevar por la imaginación hacia otros abismos.
El hombre es un ser que tiene la posibilidad de recrear, crear y transformar su presente. La creatividad puede transformar la realidad, igual que el niño se va transformando en adulto a través del proceso educativo o la asombrosa transformación de la oruga en mariposa. Todos podemos transformar nuestro día a día. Ahora es el momento de coger fuerzas e intentarlo.
¿Puede transformar la realidad el alumno que asiste a clase con ganas de aprender?
¿Qué tipos de preguntas se le ocurrirá?
El alumno a través de la creatividad es capaz de concebir imágenes de la nada, extraer nuevas formas de la realidad y establecer nuevas relaciones y asociaciones. Cada mirada debe servir para descubrir las huellas de algo maravilloso y divino que está ahí oculto, esperando que seamos capaces de verlo y captarlo en su sentido más puro. Debemos abrir nuestros ojos con amor, fascinados ante una realidad más rica, bella, plena y real.
Para transformar la realidad hay que cambiar nuestra mente y despegarse del mundo material en el que estamos inmersos; hay que experimentar un cambio de conciencia e ir más allá de lo que nos permiten los cinco sentidos. La realidad no viene y va. Lo que cambia es cómo nos relacionamos con ella. El aprendiz ordena y configura su realidad, la va formando y transformando según se ve a sí mismo, en el transcurso de sus relaciones con los demás. Su realidad está marcada por la complejidad y a la hora de captarla e interpretarla la va reconstruyendo en función de su estructura mental y observaciones.
Hay que crear un nuevo mapa en el que los deseos egoístas de nuestra mente sean sustituidos por sentimientos generosos del corazón. El nuevo estado de conciencia marcará un nuevo rumbo y estará atento al yo interior, donde se encuentra la fuente que da vida a tu ser.
La magia de la creatividad permite transformar la realidad y encontrar nuevas soluciones a los problemas, siempre y cuando sepas estimular la capacidad del asombro. La transformación es un cambio de percepción, a partir de las posibilidades infinitas de elección que existen. La creatividad, al igual que la inteligencia, es un potencial que tiene todo ser humano por ser persona y por tanto factible de desarrollarse.
La vida es misteriosa y consiste en una secuencia continua de experiencias y actos creativos sutiles e imprevisibles. Para potenciar el sentido de la vida de manera consciente se debe aprender a completar una nueva visión con la mente, el cuerpo, el espíritu y el alma y con un nuevo entendimiento alquímico de cómo la energía de la creatividad y de la transformación están dentro de cada uno de nosotros. La mente consciente permite que entre la luz de la conciencia.
Los alquimistas sabían que dentro de cada persona se encontraba todo momento creativo. Se trata de conectar el mundo interior más profundo con el mundo exterior y establecer una conexión entre la realidad virtual interior y el campo físico exterior. La creación es una danza de transformación donde algo que estaba en el reino de la imaginación pasa a la vida real.
Todos tenemos experiencias sutiles, pero no las reconocemos como tal, porque no confiamos en la intuición, que es sutil, ni en nuestro propio mundo interior. Cuando empecemos a cambiar este sentimiento, adoptaremos un punto de vista distinto: cuestionaremos los estrechos límites del ego y no escucharemos la voz del miedo, dando oportunidad a tener una visión holística de la realidad y ser optimista sobre el futuro.
¿Puede transformar la realidad el maestro que piensa entusiasmar y sorprender a sus alumnos?
¿Qué imágenes le llegarán a su mente?
El aula debe ser un espacio de transformación en la convivencia, donde deben coincidir educación y creatividad en un mismo afán transformador. Este proceso permanente de transformación debe generar espacios de autonomía y libertad, en donde el alumno se convierta en un ser que se respeta a sí mismo y respeta a los demás.
Al docente como aprendiz hay que estudiarlo en su doble vertiente transformadora: como sujeto de transformación mediante el período de formación; su mente está en una permanente transformación. A la vez puede llegar a transformar la realidad, cuando es capaz de activar el talento creativo que él posee. Nada es punto y final; cada nuevo hecho o percepción cambia la realidad. No se trata de un cambio de conducta sino de una transformación total, que es la esencia de la maduración propiamente humana. Esta es la magia de la vida.
Las Tecnologías de la Información y Comunicación pueden jugar un papel transformador en el proceso de enseñanza aprendizaje, a condición de permitir al alumno hacer preguntas con finales abiertos, trabajar en proyectos colaborativos o usar la imaginación para explorar distintas posibilidades, entre otras tareas. No se puede reducir los productos informáticos solamente a ser mero consumidor. La fase del usuario como receptor pasivo de servicios tiene que superarse.
¿Puede transformar la realidad un equipo docente que ha preparado un proyecto innovador?
¿Qué ambiente se creará en el aula?
Tenemos que enseñar a mirar y aprender a deshacernos de nuestros prejuicios, contemplando en silencio la inmensa realidad. Hay que abrir nuevas vías hacia la liberación del espíritu; lo que se visualiza puede llegar a ser. Según los expertos hay tres niveles de transformación:
- CAMBIAR. Es principalmente un cambio externo y temporal que poco afecta a los circuitos internos. No se trata de cambiar sólo el lenguaje y la apariencia, sino cambiar los pilares que sustentan creencias, costumbres y actitudes y cambiar las intenciones. Debemos aprender a ser creadores de cambios constructivos que amplíen nuevos horizontes. Ghandi decía: Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo».
- TRANSFORMACIÓN. Es un cambio interno que se manifiesta fuera. Requiere tener un propósito atractivo de futuro, un reto, un desafío. El proceso de transformación es necesario para liderar tu vida. Es el momento de reinventarnos. Consiste en construir un puente que una el lugar donde estás con el lugar al que quieres ir, avanzar sin parar, esforzarse, conectando con la energía más elevada y asumiendo todos los riesgos. Saturnino de la Torre (2003), experto en “sentipensar”, escribe: «La mente reproductora repite lo adquirido; la mente creativa transforma la información de modo personal».
- METAMORFOSIS. Es una transformación total y definitiva que no te reconoces. El ego se disuelve y te liberas de todas tus ataduras. Desde el amor a ti mismo, a los demás y al mundo, sientes la necesidad y la responsabilidad de transformar. Conviertes lo ordinario en extraordinario y valoras y disfrutas de todo lo pequeño. La Madre Teresa de Calcuta dijo que su misión era «hacer extraordinariamente bien todas las cosas ordinarias».
Existen escenarios educativos que están muertos, victimas del sistema que es de «todo», menos educativo. El centro educativo necesita ser reencantado: la creatividad es la nueva semilla que puede transformar profundamente la realidad. La Escuela Galáctica conecta con múltiples realidades paralelas y llega a adentrarse en el territorio sagrado del alma.
Francisco Menchen Bellón