En los últimos días, una mujer israelí ha donado un riñón a un niño de tres años y le ha salvado la vida.
De hecho, esta no es la única heroicidad que Idit Harel ha protagonizado; el pequeño niño es de la Franja de Gaza (perteneciente a Palestina y que está en enfrentamiento bélico con Israel) y, gracias a esta donación, se han logrado enlaces entre ambos países.
“Mi padre sobrevivió al Holocausto y, antes de morir, me dijo: Vive una vida con sentido y ayuda a salvar la de los demás. Eso me animó a convertirme en donante.”
Cuando Idit fue informada de que el receptor de su riñón era un niño que habitaba territorio enemigo y conociendo lo complicado que sería visitarle, le escribió una carta. En otras cosas, la nota decía: “Espero que la cirugía sea todo un éxito y que tengas un vida larga, sana y significativa”.
Por su parte, el padre del niño y en señal de agradecimiento, ha donado un riñón a un receptor israelí (salvando a su vez la vida de una mujer israelí de 25 años).
Ambos esperan que sus gestos sirvan para sofocar la creciente tensión entre sus países.