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Home » Artículos » Una carta para mí

Una carta para mí

Por Aritz Alegría.- Me mintió, jugó conmigo y me manipuló. Me robó mi confianza, mi sonrisa.
Se ha ido una parte de mí, mi parte más importante, mi YO profundo. Duele, y duele mucho. Siento dolor en el estómago, siento la tristeza, siento mis ojos tensos incapaces de llorar.

No dejo de pensar en él, si me lo encuentro en una cafetería, en el metro, en el supermercado, no sabría qué hacer. Intentaría ser fuerte, que no se viera mi dolor, pero creo que es imposible. Los ojos no mienten.
Cuando nos conocimos, él supo ver mi debilidad, jugó con ella. Viéndome cómo me debilitaba aumentaba su ego, su poder, su necesidad de sentirse superior, de sentirse poderoso.

Lo que más me duele es el hecho de que no supe escucharme, no me atendí y no me valoré. Una voz en mi interior me decía constantemente que él no era el hombre indicado. Los ejemplos se íban sucediendo pero yo no quería verlos. Necesitaba su atención, necesitaba sentirme valorado, escuchado, amado. Así me hizo sentir durante los primeros meses en los que él destapó todo su poder seductor.

Dejé a mi familia y amigos y me mudé a otro país, a una nueva ciudad que se convertiría en mi cárcel.
Creí en su aparente bondad, creí en sus palabras, no me fijé o, mejor dicho, no valoré sus actos.
Las palabras se piensan y se dicen, se digan verdades o mentiras. Los hechos se viven y es ahí donde debería de haberme fijado
Me traicionó y me abandonó y eso me ha herido. Sin embargo, pasado un tiempo me he dado cuenta de que quien verdaderamente se traicionó y se abandonó fuí yo.

No puedo pasarme la vida culpando a los demás de mi falta de confianza, de mi falta de autoestima, de no saber cómo valorarme y exigir a los demás que sean ellos los que me valoren.
No puedo entregar mi poder a otra persona. Soy yo la única persona que puede y debe conocerse a sí misma, soy yo la única persona que necesito para valorarme, cuidarme, creer en mí y apoyarme.
Yo, me amo, me quiero, me valoro, confío en mí y sólo en mí. Llenándome de amor hacia mí mismo podré compartirlo con los demás, respetándome a mí mismo lograré el respeto de los demás, valorándome conseguiré que también se me valore.

Llenando mi vaso de amor propio y de confianza en mí mismo alejaré de mi vida aquellas personas que me han desvalorizado y herido, porque mi mente ya no las creará, en mi vida ya no aparecerán y sólo así te podré decir adiós a tí, al que me dañaste pero que a la vez me enseñaste a sacar la fuerza de mi interior, dejaré de buscarte, de buscarte en otros y empezaré a ponerme en primera persona delante del mundo que me rodea.
Gracias, gracias por esta lección de vida que me has enseñado.
Hasta nunca jamás

Aritz Alegría

https://a2coach.wordpress.com

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