Por Paola Fajardo.- Muchas veces nos cuesta dejar ir una relación donde ya no hay nada, más que puro miedo, dependencia, porque según nuestra interpretación de cómo «deberían» de ser las relaciones, nuestra manera de verlas, nuestra idea mental, estar solos, terminar una relación seria igual a «fracasé», cuando en realidad es todo lo contrario, y en si es una experiencia neutra, como todo lo demás.
Tenemos ese concepto sobre que una relación «debería» ser bonita, «debería» ser duradera, debería ser «para toda la vida», «debería» ser esto, y aquello. ¿Y qué pasa cuando la vida no nos cumple esas expectativas? Por supuesto nos frustramos, además de que estamos insinuando que esto que estamos experimentando (ruptura) es «malo», lo cual nos lleva al “sufrimiento’’, a vivir desesperados por tener a alguien a nuestro lado. En realidad “sufrimos’’ por la interpretación que hacemos sobre una ruptura, porque ponemos resistencia, no vemos en verdad la ruptura como tal, sino a través del velo que nos ponemos cuando la juzgamos como “buena’’, o “mala’’.
Demos la oportunidad al Universo, de que nos ayude a comprender el por qué, y el para que de esta experiencia. Recordemos que una buena dosis de amor propio, y aceptación son grandes remedios en el proceso. Aceptar quiere decir que estamos conscientes, que sabemos hay un gran aprendizaje detrás de este proceso, que en el fondo sabemos que esto tenía que suceder para que pudiéramos comprender tal lección, y que es totalmente perfecto, no pudo haber sido otra manera.
Nos cuesta superar una ruptura, porque el ego se entromete, no nos deja en paz, no quiere que sigamos avanzando hacia nuestro crecimiento, ¿Y qué hace? De alguna manera se las arregla para que tú te estanques, y te quedes atrapado pensando, y pensando en tu ex. Es también el ego quien nos hace creer que la soledad no es “buena’’, que si estamos solos es porque hay algo “malo’’ en nosotros, que no estamos haciendo las cosas “correctamente’’.
Es muy importante que sepamos que el verdadero “fracaso’’ es estar con una persona la cual no amamos, estar a su lado nada más por miedo, para no ser juzgados por una sociedad, para no tener que lidiar con nosotros mismos, la falta de economía, los hijos, etcétera.
Mientras más nos aferremos a sostener una relación disfuncional, más nos desconectamos de nosotros mismos, mas es el daño que nos hacemos, más nos alejamos de experimentar paz, y felicidad en nuestra vida. Quiero que sepas que no debes preocuparte, lo que se va, y lo que llega es perfecto, una ruptura siempre trae un gran regalo consigo, todo lo que sucede en nuestra vida, aunque muchas veces no lo parezca, es únicamente para nuestro mayor bien.
Esta ruptura nos está abriendo puerta a la sanación, al crecimiento, a nosotros mismos, a nuevas oportunidades. Muchas veces nuestra alma necesita estar en soledad, para que aprendamos tal cosa, para que nos demos cuenta de algo, para que despertemos del sueño profundo en el que estábamos, y nos conectemos con nosotros mismos, volvamos a nuestro ser, ya que probablemente estábamos muy distraídos, con todo el enfoque en la otra persona, que nos habíamos olvidado de nosotros mismos, que somos lo más importante para nosotros.
Aprendamos a dejar ir lo que ya no funciona en nuestra vida, lo que el Universo va retirando de ella, ya que el bien sabe porque lo está haciendo. Al hacer consciente todo esto, darás luz verde al Universo, para que te haga llegar lo que necesites para tu máximo crecimiento.
Pongamos mucha atención, preguntémonos ¿Qué oportunidad me está brindando la vida con esta ruptura?
Y no te preocupes demasiado que la vida no se trata de tener una pareja, no es ese el propósito final de la vida, ni de estar aquí. Tenemos un propósito muchísimo más grande, no desperdiciemos nuestra energía satisfaciendo los deseos del ego.
No hay tiempo para superar una ruptura, el tiempo que tú necesites para hacerlo es perfecto, depende de la resistencia que pongas, los miedos, podría tomarte casi una vida, o dos semanas, eso depende de ti, y tu proceso de sanación.
Recuerda que la herida no sanara cuando esa persona vuelva, ni cuando consigamos que alguien más esté a nuestro lado, esta sanara cuando por fin hayamos aprendido a amarnos plenamente. La solución no está afuera, en realidad nunca lo está, siempre está en nosotros.
Somos lo único que necesitamos para ser felices, lo único que hace falta para completarnos.
No busquemos quien venga a rellenar ese vacío en nosotros, nunca nadie va a poder satisfacer ese vacío, nunca lo encontraras, no en lo externo.
¿Quieres una relación profunda y duradera?