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Vientos a favor y en contra

Por José Antonio Cordero.- Es seguro que el propósito de la Creación no fue un juego de dados ni de azar. Aunque algunas veces se piense que la Naturaleza sea caprichosa o injusta. Es difícil averiguar la razón de por qué suceden situaciones adversas. No se llega a comprender por qué cuando todo parecía ir con viento a favor se produce un cambio inesperado y rompen los esquemas o caen por los suelos los frutos conseguidos.

Nada sucede por juego de azar y no tiene sentido decir ‘que a alguien tenía que tocarle’.

La Naturaleza tiene razones que el intelecto jamás podrá comprender.

La Inteligencia Pura que gobierna la Creación no comete errores. Las situaciones favorables o adversas tienen siempre una razón progresiva, nunca destructiva, aunque se pierdan los logros obtenidos, o los billetes vuelen o se quemen, o la salud dé un aviso muy grave. La naturaleza no destruye, transforma.

La inteligencia que hace crecer un árbol sabe que el crecimiento debe ser proporcional, que debe crecer hacia dentro como hacia fuera. El árbol sin raíz fuerte está sujeto a que cualquier viento lo tire al suelo. La naturaleza no se detiene a ver cuántos frutos cayeron y cuál es su valor, ni firma como avalista ante una catástrofe. La naturaleza nunca es injusta, pero siempre reacciona a cualquier acción individual.

Las sociedades acostumbradas a vivir ‘mirando al tendido’, jugándose la vida, con claras intenciones de destacar o triunfar, no aciertan a entender por qué les vienen cornadas graves o mortales. La vida alegre se transforma en llanto de la noche a la mañana.

El árbol que creció bien hacia dentro soporta enormes vientos en contra, su flexibilidad es vital porque le permite adaptarse. La rigidez sería mortal. Las personas inflexibles, por mucha corteza billetera o cara dura que tengan, sufrirán sus consecuencias y caerán inevitablemente, pero no por castigo de la naturaleza sino por propia torpeza. Más bien la naturaleza le dará una nueva oportunidad. Al lado del árbol caído pronto aparecerá un arbolito, su reencarnación. Si la torpeza sigue como venía siendo habitual la caída volverá una y mil veces hasta que se dé cuenta y sepa hacia dónde hay que crecer principalmente.

‘Todo eso que estás contando ya lo sabía’… ‘he leído mucho y tengo una amplísima información de muchas más cosas de las que te puedas imaginar’… ‘no hace falta que insistas porque ya lo sé’ 🙂 🙂 🙂 Así con las caras de satisfacción del árbol crédulo, ostentoso, que luce sus frutos y sus riquezas pero que es tremendamente débil ante la adversidad. La demostración de muy diferentes sapiencias, de muchos libros memorizados son los frutos de saber muchas cosas, pero la Excelencia en Sabiduría no es aquella que muestran las ramas sino aquella que viene desde la raíz. El árbol crecido de forma artificial (mucho fertilizante y poco enraizamiento) puede mostrar frutos con un lustre similar al que ha crecido en la forma adecuada, pero con seguridad no tendrá los mismos nutrientes ni el mismo sabor que el ecológico. ¿Qué quiere decir esto? Que la riqueza del conocimiento completo no viene de la ingesta de libros sin cesar, de parecer una enciclopedia, sino de la raíz del conocimiento, por eso la ciencia védica dice: “el conocimiento está estructurado en la conciencia”. La sabiduría auténtica se fragua en la raíz o conciencia pura. La pureza del conocimiento reside en la conciencia pura.

La obsesión por saber puede ser tan frágil como la obsesión por ser rico. El crecimiento hacia la raíz nunca debería ser obsesivo, la inteligencia no permite que perturbaciones mentales ni endiosamientos habiten en la morada de la sabiduría más satisfactoria de la vida. La prepotencia del saber tiene efectos inevitables, es vencible ante la adversidad.

La prepotencia acuña multitud de miedos ocultos, porque crecer exteriormente sin crecer antes por dentro, crea multitud de agujeros internos de flaqueza. El ‘tronco’ miedoso pone grandes hierros a su alrededor como protección, así es la riqueza enjaulada, como palacio con mil alarmas. El miedo se hace valiente por medio de la fuerza exterior y las armas. El miedo es tan torpe que hasta ataca como mecanismo de defensa.

Crecer hacia la raíz y luego crecer en todas las direcciones que apetezca es propio de la evolución natural. El flujo natural de sabiduría viene a través de la savia que fluye desde la raíz y luego nutre todos los aspectos del árbol. Sí, y luego los vientos en contra vendrán, que pueden tirar algunos kilos de frutos no bien sujetos al árbol, pero la evolución seguirá. Los vientos hacen fuerte a los árboles y quizás rían con el balanceo que les produce, cuando otros troncos secos lloran al quebrarse por su sequía. La sequía de conocimiento tiene sus consecuencias.

Riega la raíz cada día y los frutos saldrán. La fortaleza se gana día a día, el crecimiento interior se adapta tanto al éxito como a la adversidad y cada vez seremos más fuertes hasta que llegue la Invencibilidad.

*** 🙂 * 🙂 **** CITA CON LOS GRANDES ****

“Un jardinero no debe ser impaciente. Las flores necesitan tiempo para desarrollarse; si se intenta apresurar su crecimiento, se les hace más mal que bien. Se las puede proteger contra los elementos, se las puede dar de comer y de beber, pero no resulta difícil matarlas si se las proporciona demasiada comida o bebidas demasiado fuertes. Ellas responden a la simpatía; son capaces de soportar tratamientos extremadamente duros. En resumen, se parecen mucho a los seres humanos.” -Alexander Fleming

“La vida no trata de esperar a que la tormenta pase. Trata de aprender cómo bailar en la lluvia.”

“Somos lo que hacemos de forma repetida. La excelencia, por tanto, no es un acto, sino un hábito” -Aristóteles.

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