En Hampshire, sur de Inglaterra, vuelve a haber castores después de cuatrocientos años sin ejemplares de este animal.
El castor tiene grandes habilidades naturales como ingeniero y, su capacidad para construir presas naturales, lo convierte en un perfecto aliado contra las inundaciones debido a que expande los humedales, lo que provoca un aumento del hábitat para los animales acuáticos y semiacuáticos en el ecosistema.
Sus nombres son Hazel y Chompy, y serán los dos primeros castores en habitar la zona después del tiempo mencionado. Aunque estos dos animales nunca se han conocido, se espera que se lleven bien y se reproduzcan.
Antaño, en toda Europa y América, estos animales fueron cazados hasta su extinción únicamente por sus pieles. Ahora, a estos animales se les considera una especie clave que tienen la capacidad de mejorar ecosistemas completos capaces de restaurar hábitats, estanques, arroyos y humedales.