Por Aritz Alegría.- Partiremos de la base de que dentro de cada uno de nosotros existe un talento especial, esto es así aunque haya veces que nos cueste creerlo. ¿ Qué pasa entonces cuando, haciendo un ejercicio de introspección, no llegamos a encontrar aquello para lo que estamos “diseñados” ?, ¿ cómo podemos llegar a descubrirlo?
Desde que nacemos, la sociedad nos va moldeando sin que nos demos cuenta. Nuestros padres son los primeros en hacerlo. ¿Cuántas veces nos han dicho “haz esto” , “no digas eso” y cosas por el estilo?. Al nacer, nuestro “yo” está en su estado más puro, en su estado más libre pero a medida que vamos creciendo se hace obligatorio el introducir ciertas reglas de convivencia (que en muchos casos son necesarias y muy positivas, como por ejemplo el respeto hacia los demás, no mentir, no robar etc.) pero también ciertas reglas que obedecen más a manías personales de los padres que a la necesidad de hacer del hijo/a un ser libre.
El colegio es la siguiente etapa y la más importante ya que es durante estos años en los que se forja el “escudo” que adoptaremos a lo largo de nuestra vida para sobrevivir. Me explico; normalmente, es en el colegio donde se producen la gran mayoría de traumas que afectarán a la persona a lo largo de su vida (siempre y cuando no siga un tratamiento psicológico). Es aquí donde, para evitar ser desplazado, o ser víctima de bullying, dejamos de lado las cosas que nos gusta hacer por adaptarnos a las cosas que son bien vistas por el “grupo”. Este momento, es en el que empezamos a desconectarnos de nuestro verdadero “yo” y por consiguiente de nuestro talento innato.
Con el paso de los años ese escudo va aumentando ya que durante la adolescencia la “necesidad” de pertenecer a un determinado grupo nos obliga a ocultar todavía más aquello que realmente nos gustaría hacer. Es esta “necesidad” la que lleva a muchos adolescentes a probar las drogas, a tener relaciones sexuales demasiado pronto etc.
Nos desconectamos de nosotros mismos y esto provoca que un día nos miremos al espejo y no lleguemos a encontrar aquello que nos motiva verdaderamente, aquello con lo que verdaderamente disfrutamos. Nuestra PASIÓN.
Pasos para encontrar nuestro talento:
- Piensa en aquello que te encantaba hacer cuando eras un niño, si no te acuerdas pregunta a tus familiares para que te puedan ayudar a recordar. Este paso es muy importante, nos conecta con aquello con lo que disfrutábamos.
- Reflexiona, tómate unos días para estar tú solo. Piensa en aquello que los demás te dicen que se te da bien.
- Investiga, descubre, sal a pasear, tómate un café en una terraza y anota todos los pensamientos que te vengan. Piensa en aquello que te gusta, realiza una lluvia de ideas, un mapa conceptual que te ayude en todo el proceso.
Y ante todo, NO te presiones. Son muchos los años que has pasado “desconectado/a”, conocernos y descubrir aquello que nos gusta verdaderamente lleva tiempo e implica un gran esfuerzo de autoconocimiento pero una vez lo hayas conseguido la satisfacción será enorme.
Aritz Alegría