Por Julissa Grados Bazan.- Cuantas veces nos hemos hecho esa pregunta? El destino existe, esta escrito, podemos cambiarlo, lo hacemos nosotros mismos, en mi humilde opinión puedo decir que existe, pero que hay cosas que podemos modificar dependiendo de las elecciones que tomemos a lo largo de nuestra maravillosa existencia. Dos eventos muy importantes marcaron mi vida para siempre, el no conocer a mi padre biológico y la adopción de una hermana materna a la que solo vi cuando era una bebe, siempre desde niña tuve la esperanza de que algún día, el destino me premiaría encontrándolos, reuniéndome con ellos, hallando las piezas que le faltaban a mi rompecabezas, algunas veces por las noches hablaba con Dios, decía algo así como: Por favor donde quiera que se encuentren que estén bien, protégelos, bendícelos y regálame la oportunidad de llegar a ellos.
Y entonces en el momento menos esperado sucedió. A mediados de junio del 2003 gracias a un conocido amigo mio, pude obtener información sobre el «paradero» de mi padre, toda mi vida pensé que era de Nazca, pues era la información que mi difunta mamá me dio, pero en realidad era de un lugar llamado Bella Unión, provincia de Caravelí, departamento de Arequipa, me tocaba vacaciones después de un largo año de trabajo en un terminal terrestre de buses, entonces me dije: porque no?, hablé con una muy querida tía mía mi compañera de aventuras, recuerdo que tras muchas peripecias a duras penas, llegamos primero a Chincha con la esperanza de viajar de ruta hacia Nazca abordamos un bus que pasaba por ahí, finalmente llegamos a Nazca a las 03:00am dormimos en la calle en una banca, pues teníamos poco dinero; a eso de las 08:00 am empezamos a caminar hasta dar con la dirección que teníamos; olvidé que en provincia la gente duerme hasta tarde y todo estaba cerrado en el lugar funcionaba un negocio de radiotécnico o algo por el estilo, entonces apareció un Sr. en su auto; mi tía se acerco y le dijo que buscaba a la familia Grados, a lo que el Sr. respondió, ellos ya no viven aquí desde hace 10 años pero puede preguntar a los vecinos a donde se han mudado, ellos deben saber., recuerden que:»pueblo chico, infierno grande».
Entonces ella se tomó el trabajo de tocar puerta en puerta hasta que alguien por fin le dijo, la familia que busca vive en Santo Domingo de Guzmán en Ica, pero no tenemos la dirección, entonces tuvimos que retroceder, tomamos un bus rumbo al destino indicado dos horas interminables, llegamos y nuevamente a la deriva, miramos a lo largo y ancho de la carretera, izquierda inmensas chacras, derecha muchas casas, empezamos a tocar de puerta en puerta finalmente dio resultados un Sr. algo mayor nos dijo: dice mi esposa que a la espalda vive la tía de la persona que buscan, llegamos a la casa de la tía en mención (valga la redundancia) tocamos la puerta, palabras van, palabras vienen; finalmente nos dijo, él ya no vive aquí, vive donde dije antes al inicio de la entrada de este blog, en Bella Unión, entonces nuevamente a tomar un bus al destino final y después de un día de viaje llegamos rumbo al misterio, a lo desconocido, habían dos pequeñas afuera jugando, me dije para mis adentros si esta es la casa de mi papá, las niñas son mis hermanas, tengo hermanas menores.
Bueno de la nada apareció él, venia de jugar partido con su chimpunera colgando en el brazo, lo miré de lejos, sentí una corazonada, de pronto las niñas corrieron; papá gritaron, el corazón se me salia, tenia la cabeza revuelta, tantos sentimientos encontrados, tantas preguntas sin respuestas. Luego mi tía lo abordó no sabíamos como dar inicio a la conversación, puesto que aunque en un inicio me costó aceptarlo y asimilarlo, mis padres se conocieron en una fiesta muy popular en Ica, él un hombre joven y casado con una familia a cuestas, ella una muchacha soltera e inmadura que solía vivir la vida a mil por hora. Finalmente pudimos hablar contarnos nuestras vidas y seguir cada quien con su propia historia, entonces en mi caso te puedo decir que el destino si existe